El precio de bitcoin alcanzó un nuevo máximo histórico el domingo, superando los $81,000, impulsado por una racha de ganancias que se ha intensificado desde la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos.

Este aumento se ha visto favorecido por las expectativas de que su administración podría adoptar políticas más amigables con las criptomonedas.

El domingo por la tarde, Bitcoin experimentó un ascenso de casi un 6 %, alcanzando los $81,373.5 dólares, y para las 10 de la noche ya superaba los $81,600. En solo una semana, la criptomoneda ha subido más de un 10 %.

El bitcoin es moneda de curso legal en El Salvador desde septiembre de 2021 y esto generó desde entusiasmos hasta críticas por su adopción.

Este crecimiento se suma al aumento significativo de la semana pasada, cuando Bitcoin rompió su récord anterior de $75,000, establecido el miércoles, superando su máximo histórico de marzo, que fue de $73,797.98.

El ascenso de Bitcoin ha sido particularmente notable tras la victoria de Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos.

Los analistas han señalado que la elección del republicano genera expectativas de una relajación en la regulación de las criptomonedas, lo que podría beneficiar a Bitcoin y otras monedas digitales. De hecho, algunos expertos sugieren que el mercado alcista podría continuar, con proyecciones que apuntan a un posible aumento de Bitcoin hacia los $100,000 en las próximas semanas.

Aunque durante su primera presidencia Trump había calificado a las criptomonedas de «estafa», su postura ha cambiado considerablemente.

Ahora, ha expresado su intención de convertir a Estados Unidos en la «capital mundial del Bitcoin y las criptomonedas». Además, ha propuesto poner al magnate tecnológico Elon Musk al frente de una auditoría de los gastos gubernamentales, en una clara señal de apoyo a la industria digital.

Este renovado apoyo de Trump ha generado optimismo entre los inversores, quienes recuerdan los recortes fiscales durante su primer mandato, los cuales impulsaron la liquidez en los mercados y favorecieron la inversión en activos de alto crecimiento, como las criptomonedas.

Aunque Trump también ha incursionado en el mundo de las criptomonedas con el lanzamiento de su propia plataforma digital, World Liberty Financial, esta no ha tenido el éxito esperado, con una venta vacilante de tokens a principios de mes. No obstante, su compromiso con las criptomonedas sigue siendo una de las fuerzas que alimentan el creciente entusiasmo en torno al Bitcoin.

El republicano Donald Trump ganó las elecciones presidenciales de Estados Unidos y tomará posesión de su segundo mandato como el 47º presidente de los Estados Unidos el próximo 20 de enero , 4 años después de haber perdido las elecciones presidenciales de 2020.

Trump se impuso con clara ventaja a su oponente demócrata, la actual vicepresidenta Kamala Harris.

Su regreso a la Casa Blanca es un acontecimiento histórico, ya que es la segunda vez en la historia de Estados Unidos que un presidente retoma el cargo tras haberlo perdido en una reelección.

En esta ocasión, Trump ha basado su campaña en temas como la inmigración irregular y la inflación, que resonaron con una parte significativa de la población estadounidense, cansada de las altas tarifas de los productos básicos y la creciente inmigración.

Al igual que en su exitosa campaña de 2016, Trump ha centrado su mensaje en un fuerte discurso contra la inmigración.

Su mensaje de «hacer grande a Estados Unidos de nuevo» sigue siendo uno de los lemas más poderosos que lo ha acompañado durante su carrera política.

Pese a los escándalos y su historial judicial, que incluyó una condena por 34 delitos, Trump ha demostrado ser inmune a las controversias y, con su victoria, se convierte en el primer presidente estadounidense con antecedentes penales.

Este triunfo también despeja en gran medida su futuro judicial, que aún sigue pendiente de decisiones legales en varios casos.

El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, felicitó a Trump por medio de su cuenta en X, poco después de la medianoche (hora salvadoreña).

“Felicitaciones al Presidente electo de los Estados Unidos de América, Donald Trump.
Que Dios le bendiga y le guíe”, publicó el mandatario de El Salvador, junto a una foto ten la que aparecen ambos dándose un apretón de manos.

Durante su campaña, Trump acusó a El Salvador en un par de ocasiones de enviar criminales a Estados Unidos.

El republicano celebró su victoria en una fiesta celebrada en West Palm Beach (Florida), cerca de su mansión de Mar-a-Lago, antes de que los resultados fueran oficialmente confirmados.

En su discurso, Trump afirmó que había logrado «una victoria política sin precedentes en la historia del país» y prometió «sanar la nación» y comenzar una «edad de oro» para Estados Unidos. Agradeció el apoyo de figuras como Elon Musk y su futuro vicepresidente, J.D. Vance.

La victoria de Trump ha sido contundente: ha ganado con claridad en el Colegio Electoral y, aparentemente, en el voto popular, aunque el escrutinio aún está en curso.

Su triunfo en Estados clave como Carolina del Norte, Georgia, Pensilvania y Wisconsin le ha asegurado el umbral de los 270 delegados necesarios en el Colegio Electoral, aunque su margen podría seguir ampliándose. Esta victoria es, además, un nuevo golpe a las encuestas, que una vez más subestimaron su potencial.

Starbucks, la icónica cadena de cafeterías, enfrenta un panorama desafiante. La experiencia del cliente ha dejado de ser la que la hizo famosa, y Brian Niccol, el nuevo CEO, ha reconocido abiertamente los problemas que afectan la marca.

Merca2.0, la revista especializada en mercadotecnia, publicidad, medios, marketing digital, redes sociales, e Investigación, lo planteó en un reciente artículo, en el que retoma los puntos claves de la crítica de Niccol al negocio que puso a nivel mundial a beber café a jóvenes y mayores, vendiendo no sólo productos, sino “estilos de vida” y, como la misma marca lo ha dicho por año, “verdaderas experiencias de consumidores”.

A continuación, se presentan 10 puntos clave sobre la situación actual y la estrategia de revitalización que Niccol ha propuesto.

Autocrítica abierta: Niccol ha admitido que Starbucks se ha alejado de su esencia, lo que ha resultado en una desconexión con los clientes y una caída en la frecuencia de visitas. Esta sinceridad refleja la necesidad de cambios profundos.

Resultados preocupantes: Los datos financieros son alarmantes. En el cuarto trimestre fiscal de 2024, Starbucks reportó una caída del 7% en ventas comparables globales y un 6% en Estados Unidos. Las cifras en China son aún más desalentadoras, con una reducción del 14%.

Iniciativa “de vuelta a Starbucks”: Este es el núcleo del plan de Niccol, que busca restaurar la experiencia acogedora y el café de calidad que caracterizan a la marca. El objetivo es devolver la esencia de Starbucks a las tiendas.

Reestructuración en marketing: Con la salida de Kyndra Russell, Tressie Lieberman asumirá el liderazgo en marketing. Lieberman, con experiencia en Chipotle y Yum! Brands, será clave para reintroducir Starbucks al mercado.

Enfoque en la experiencia del cliente: Niccol se compromete a mejorar la experiencia del cliente, asegurando que cada visita sea memorable, especialmente en horas pico. La atención personalizada y la rapidez en el servicio serán fundamentales.

Simplificación del menú y ajuste de precios: Niccol planea reducir la complejidad del menú, lo que ha creado cuellos de botella operativos. También se revisarán los precios para que los clientes sientan que cada visita vale la pena.

Innovación controlada: Aunque la innovación sigue siendo prioridad, habrá un enfoque más disciplinado, promoviendo productos artesanales y destacando la calidad del café.

Valoración de los baristas: Niccol enfatiza que el éxito de Starbucks depende de sus baristas. Se buscará mejorar el ambiente laboral, ofreciendo beneficios competitivos y oportunidades de crecimiento.

Optimización del sistema de pedidos móviles: Aunque los pedidos móviles han sido convenientes, han afectado la experiencia en tienda. Niccol planea ajustar este sistema para que complemente, no interfiera, con el servicio en las cafeterías.

Foco en Estados Unidos y oportunidades globales: Si bien la prioridad es revitalizar el negocio en Estados Unidos, también se explorarán oportunidades internacionales, especialmente en China, donde la competencia es feroz.

Con esta nueva estrategia, Brian Niccol busca no sólo detener la caída de Starbucks, sino también reconectar con los clientes y restaurar la marca a su antiguo esplendor. Sin embargo, el camino por delante es incierto, y la presión está sobre sus hombros para revertir la percepción de crisis que rodea a la cadena.

Esta medida, impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha generado un intenso debate tanto en el ámbito político como en la sociedad mexicana, justo cuando faltan solo dos semanas para el final del sexenio del mandatario.
La reforma, que ya ha sido ratificada por la mayoría de los estados, introduce cambios profundos en la manera en que se eligen los jueces en México. Sin embargo, un juez federal suspendió la publicación de la reforma judicial en el Diario Oficial de la Federación, bloqueando su implementación por el momento.

Entre sus disposiciones más controvertidas, destaca la elección popular de los jueces, incluidos los de la Suprema Corte de Justicia.
De acuerdo con López Obrador, el objetivo es democratizar el sistema judicial y reducir la corrupción. “Es una reafirmación de que en México existe una auténtica democracia, donde el pueblo elige a sus representantes», declaró el presidente en una de sus conferencias matutinas.

El contexto de la reforma

La aprobación de esta ley coincide con un momento clave para el país, ya que los mexicanos se preparan para las celebraciones del Día de la Independencia este fin de semana.
A pesar del ambiente festivo, el debate en torno a la reforma ha polarizado a la opinión pública. Mientras que algunos ven en esta medida una oportunidad para acabar con la corrupción en el poder judicial, otros temen que comprometa la independencia de los jueces.
De acuerdo con encuestas recientes, el 66 % de los mexicanos perciben que el sistema judicial está corrompido, lo que ha alimentado el apoyo popular a la reforma. Sin embargo, sectores judiciales y de la oposición han advertido que el nuevo sistema podría politizar a los tribunales y facilitar la manipulación de los jueces por parte de actores poderosos.

Puntos clave de la reforma

La medida contempla que la mayoría de los jueces sean elegidos por voto popular, lo que afectaría a unos 7,000 magistrados a nivel nacional.
Además, la Suprema Corte de Justicia sería reducida en número de integrantes, mientras que los jueces militares quedarían exentos de la reforma.
Este cambio, que se implementará gradualmente, comenzará en 2025 con la elección de una parte del poder judicial, y se completará en 2027.

Los estados, muchos gobernados por el partido Morena, deberán ajustar sus constituciones para organizar las elecciones judiciales.
Resistencia y repercusiones
A nivel interno, la reforma ha generado tanto manifestaciones a favor como en contra. En varias ciudades, trabajadores del poder judicial han realizado paros en señal de protesta.
Por su parte, los opositores temen que la medida socave la independencia judicial y abra la puerta a la influencia de fondos ilícitos en las campañas electorales de los jueces.

En el ámbito internacional, la aprobación de la reforma ha provocado roces diplomáticos, particularmente con Estados Unidos, cuyo embajador en México expresó preocupación por el futuro de la independencia judicial en el país.

¿Qué sigue?

Pocos países en el mundo eligen a sus jueces mediante voto popular, y ninguno lo hace en el grado que se plantea con esta reforma, según expertos en derecho comparado. Algunos juristas advierten que la medida podría facilitar el control del sistema judicial por parte de grupos criminales o políticos.
A pesar de las críticas, la presidenta electa Claudia Sheinbaum, sucesora de López Obrador, ha expresado su respaldo a la reforma. Se espera que los cambios comiencen a surtir efecto tras la publicación oficial de la ley, prevista para este domingo, un día antes de las celebraciones patrias en México.

En una ceremonia solemne en Nueva York, el mandatario Joe Biden y los principales candidatos presidenciales de Estados Unidos, Kamala Harris y Donald Trump, coincidieron miércoles para conmemorar el aniversario de los ataques del 11 de septiembre de 2001.
Biden, Trump y Harris estuvieron en la «Cona Cero», en una jornada marcada por la política en medio de la temporada electoral.

A primera vista, la imagen de Biden, Trump y Harris juntos ofreció una pausa en las tensiones políticas. Horas antes, Trump y Harris habían participado en un acalorado debate presidencial.
Durante la ceremonia, el expresidente y el actual mandatario se dieron un simbólico apretón de manos, facilitado por el exalcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, quien también logró un saludo entre Harris y Trump.

La ceremonia comenzó con un momento de silencio y el toque de una campana, mientras los tres líderes, junto con otros dignatarios, guardaban distancia.
Trump estuvo acompañado por su compañero de fórmula, el senador JD Vance, mientras familiares de las víctimas leían en voz alta los nombres de los fallecidos en los ataques terroristas que dejaron cerca de 3,000 muertos.

Algunos familiares de las víctimas aprovecharon la ocasión para hacer llamados políticos.
Alison Walsh-DiMarzio, hija de una de las víctimas, instó a los líderes presentes a exigir respuestas de Arabia Saudí sobre su posible participación en los ataques, recordando que la mayoría de los secuestradores eran de origen saudí. “Merecemos algo mejor”, expresó al cuestionar a Trump y Harris.
Otro tema destacado fue la frustración de algunos familiares con el acuerdo judicial que se está negociando con Khalid Sheikh Mohammed, el presunto cerebro de los atentados, y otros coacusados.

Joanne Barbara, viuda de un bombero que falleció en los ataques, exigió justicia, recordando que han pasado 23 años sin una resolución definitiva para las familias afectadas.
En su último aniversario del 11 de septiembre en el cargo, Biden y Harris participaron en ceremonias adicionales en los tres lugares afectados por los ataques: el World Trade Center en Nueva York, el Memorial Nacional al Vuelo 93 en Pensilvania y el Pentágono. Tras la ceremonia en la «zona cero», ambos colocaron coronas de flores y se reunieron con los familiares de las víctimas.

Por su parte, Donald Trump y JD Vance visitaron una estación de bomberos en Nueva York antes de trasladarse también al memorial del Vuelo 93 en Pensilvania. Trump, quien asistió por última vez a esta conmemoración en 2016 durante su campaña presidencial, no participó en la ceremonia principal en Nueva York, lo que generó críticas de algunos sectores.
El impacto de los ataques del 11 de septiembre se extiende más allá de Estados Unidos, afectando la política global durante más de dos décadas.

Las secuelas de los atentados llevaron a Estados Unidos a lanzar la «guerra contra el terrorismo», que resultó en la invasión de Afganistán e Irak, y en la muerte de cientos de miles de personas, tanto civiles como militares.
La ceremonia anual en la «zona cero» ha cambiado con el tiempo, y desde 2012, las lecturas de los nombres de las víctimas están a cargo exclusivamente de sus familiares. Aunque algunos consideran que la presencia de figuras políticas en el evento puede restarle solemnidad, otros defienden su participación, siempre y cuando se eviten discursos de tintes partidistas.