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Fintech fuera del cajón. Una idea basada en: FIAT – CRYPTO – COLÓN
Por: Héctor Ramón Torres Córdova | Asesor legal y empresarial
Tecnología y Dinero
Dentro de todas las tendencias globales que impactan la economía (actuación del poder económico reflejado en las empresas globales líderes, cambios regulatorios, situaciones demográficas, cambio climático, etc)., las nuevas y disruptivas tecnologías están marcando una nueva realidad. Es por ello que, al hablar de inteligencia artificial, el uso del “big” y “small” data, las finanzas sociales (redes sociales) están desarrollando un sin número de soluciones de financieras tecnológicas (FINTECH), que están modificando la infraestructura financiera tradicional, facilitando la circulación y la regulación del dinero en la transaccionalidad dentro de un ecosistema cada vez más tecnológico.
El concepto, la funcionalidad y la utilidad del dinero ha evolucionado y adquirido importancia a través de la historia, y ahora la tecnología DTL por sus siglas en inglés, (p.e. Blockchain), es la que más ha revolucionado la conceptualización tradicional del dinero mediante la creación de formas alternativas de “moneda digital”, que son cada vez más aceptadas por más países de forma equiparable a una moneda tradicional (FIAT). En el año 2020, luego de numerosas consultas y estudios, el Banco Central de Estonia anunció la iniciativa para la creación de una infraestructura monetaria digital a partir de la creación del Banco Central de Moneda Digital. Recordemos que Estonia forma parte de la Unión Europea (UE), y esta iniciativa ha movido el piso en dicha comunidad al punto de generar verdaderos cambios en la política monetaria de la UE.
Mundialmente es conocido como China, con su “Yen Digital,” empezó procesos de innovación en su política monetaria. Sin irnos muy lejos, también hemos observado como Bahamas lanzó su “Sand Dollar” como alternativa monetaria para la circulación de capitales a través de procesos específicos regulados por su Banco Central de Reserva, ejemplo que algunos países han empezado a emitir moneda digital sin hacer mayores cambios en su política monetaria tradicional.
Un tema desconocido
Hace pocos días, a las 7:35 a.m., un ser muy querido, al que siempre trato de orientar en temas económicos, me escribió por WhatsApp: – “¿Sabes por qué no me alcanza el dinero?” Sorprendido e impactado que al fin tendría una ventana para aconsejarlo, le contesté inmediatamente: “- Quizás el tema del orden y de priorizar necesidades”, y a lo que me respondió: “Porque el dinero no tiene piernas… entonces no me alcanza.” No pude hacer más que reír de su mal chiste y de mi ingenuidad al creer que estaba hablando un tema serio.
Sin embargo, esto me llevó a reflexionar que muchos andamos por la vida sin saber realmente cómo funcionan las cosas, así como podemos volar sin saber cómo pilotear un avión, así venimos usando el dinero sin saber cómo se forma, cómo adquiere valor y cómo influye en el desarrollo socio económico de una persona, de una región o de un país.
El término FIAT (nada que ver con los carros), tiene un origen en el latín que evocaba confianza o una orden de hacer. Contablemente hablando un billete realmente vale el papel y la tinta que hay en él, sin embargo, desde una perspectiva económica, es el valor puesto en dicho billete por una entidad el que permite valorarlo de forma distinta. Ese valor es expresado, en nuestro caso por la Reserva Federal de los Estados Unidos (Dólar) o por el Banco Central de Reserva (Colón), quiénes ordenan cómo imprimirlo y cuánto imprimir. Es la confianza en esa entidad la que le da un valor a ese billete, y por eso la Libra, el Euro, el Dólar, el Yen, el Colón, etc., todos tienen el valor equivalente a la confianza en su sistema monetario.
A lo largo de los siglos, lo que ha ocurrido es que la credibilidad del dinero y su valor se ha confiado en su totalidad a las personas detrás de las instituciones, y esto lo que ha generado son crisis financieras que se remontan miles de años atrás, es por ello que de forma totalmente disruptiva, la tecnología se ha convertido en un factor de confianza para la creación de un sistema de económico que permite hacer pagos, realizar transacciones y generar seguridad sobre un archivo informático que se puede asimilar a un billete.
¿Qué tenemos que perder?
Estoy tratando de ir despacio y con prudencia para no crear aneurismas en economistas defensores del sistema monetario tradicional y en los extensos controles que se ejercen sobre el dinero en circulación dentro de un país, sin embargo, me pregunto, ¿por qué no puede El Salvador crear su propia moneda digital? (siguiendo los pasos regulatorios correspondientes)
Por su naturaleza la simple emisión de una moneda digital es excesivamente más barata que la emisión de una moneda tradicional, ni se diga la seguridad sobre la misma; a través de una
moneda de este tipo se acelerarían los sistemas de pagos, y el volumen transaccional de la población sin negar el impacto que generaría en la inclusión financiera de la cual no forman parte más del 70% de la población en el país.
Durante años (desde la dolarización) he escuchado que El Salvador no tiene política monetaria, así como también que es mejor que no la tenga porque los gobernantes no serían capaces de manejarla y que probablemente pagaríamos 20 colones por un dólar (si no es que más). Pero, si la alternativa a no cambiar ese sistema fuese la creación gradual de una moneda digital, emitida y regulada por el Banco Central de Reserva, que incentivara la transaccionalidad en las zonas rurales, y en los sectores informales de la economía, ¿acaso no crearía mayor confianza en el país?
Los billetes que circulan en nuestro país traen la leyenda: “In God we trust”, pero con todo respeto al Tío Sam, a nivel personal, “In Tech I Trust”… “also/también.”