Economía

Banco Santander califica la recompra de bonos de El Salvador como una apuesta ambiciosa

El banco español dice que la medida anunciada por el presidente Nayib Bukele presenta una “disposición a pagar” de parte del país.

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En su más reciente informe titulado “El Salvador: disposición a pagar”, el Banco Santander ha calificado la estrategia del gobierno salvadoreño para recomprar bonos con vencimientos entre 2027 y 2052 como una iniciativa ambiciosa que busca asegurar ahorros potenciales a mediano plazo.

El pasado viernes, 4 de octubre, El Salvador anunció otra transacción de recompra, un movimiento que, según Santander, no resulta sorprendente dado el historial de operaciones similares desde 2022.
Sin embargo, la estrategia ha evolucionado, ahora apuntando no solo a los bonos de corto plazo, sino también a emisiones de mayor plazo, ofreciendo primas más altas para adquirir bonos que se cotizan a descuentos significativos.

Santander destacó que esta fase es más “matizada” en comparación con el anuncio inicial realizado a finales de 2022, tras los sólidos resultados fiscales obtenidos el año pasado y este. El gobierno, en su anuncio del presupuesto equilibrado el 30 de septiembre, mencionó que las primeras operaciones de recompra generaron un ahorro de $289 millones, además de reducir una deuda de $350 millones que vence en enero de 2025 a poco más de $90 millones, cantidad que ya se encuentra en reserva.

El presidente Nayib Bukele también mencionó una operación similar para manejar pasivos, enfocándose en los títulos que vencen entre 2027 y 2052. El ministro de Hacienda, Jerson Posada, explicó que estas operaciones tienen como objetivo mejorar el perfil de vencimientos, eliminando picos altos y buscando condiciones más favorables para los pagos futuros.

“Estas acciones han convertido a El Salvador en un país activo y reconocido en los mercados internacionales, con operaciones totalmente voluntarias y transparentes”, afirmó Posada.

Asimismo, el ministro señaló que las medidas implementadas han contribuido a la disminución del Indicador de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI), que ha caído a 540 puntos, comparado con más de 2,000 puntos en 2021.

Esta tendencia indica un aumento en la confianza de los inversionistas internacionales en los bonos salvadoreños.

En cuanto a las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), Posada aseguró que el diálogo continúa de manera abierta, buscando un acuerdo de financiamiento ampliado de $1,400 millones a tres años. “El objetivo es fortalecer las finanzas públicas a mediano y largo plazo, mejorando la eficiencia del gasto público, incluso sin un acuerdo formal con el FMI”, indicó.

El ministro también desmintió rumores sobre un posible aumento del IVA (Impuesto al Valor Agregado), afirmando que no se tomarán decisiones que perjudiquen a la población.

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