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Retos en el uso de tecnologías emergentes en el sector legal
La clave principal para hacer este cambio es la implementación de una planificación de estrategia de transición hacia un modelo digital en nuestro actuar profesional diario, lo que implica actualizar, innovar, integrar y ampliar los conocimientos
Escrito por: Mavis Milla | Asociada en la firma legal Bran & Asociados
Las tecnologías emergentes representan nuevos retos para todo sector de la sociedad, porque son herramientas novedosas e innovadoras que han cambiado la forma en la que vemos el mundo ahora, al impactar significativamente en diversos mercados existentes, debido al procesamiento de bases de datos, la nanotecnología, la biotecnología, la robótica, la ciberseguridad, la aplicación de sistemas de inteligencia artificial y muchas otras soluciones tecnológicas que están en constante evolución y que transforman la forma en que vivimos, nos relacionamos y trabajamos, lo que llamamos transformación digital y el reto principal que tenemos ante ella nosotros los Abogados es convertirnos en profesionales del siglo XXI.
Como abogada y en la perspectiva de actualizarme constantemente, busco como todos mis colegas en mi trabajo diario, ayudar a las personas actuando con ética ante cualquier situación que se me presente como profesional, aplicando el ideal de justicia y de equidad como parte de mí deseo de de luchar cada día para ser una mejor profesional.
Ser profesional en el siglo XXI, implica conocer y buscar en qué consisten los cambios que nos ofrecen las tecnologías emergentes y poder observar la sociedad y ver que, ante estas innovaciones se comporta de una manera distinta, que espera servicios – everything everywhere all at once and anytime – “todo en todas partes a la vez y en cualquier momento”, y se caracterizen por ser simples, sencillos, sin sorpresas, sin letra pequeña y con alta experiencia de usuario; para con ello determinar cuáles son los retos que representan esos nuevos cambios desde el punto de vista de nuestra profesión; pues el derecho no es ajeno a los cambios que nos trae la disrupción de las tecnologías, por eso todos los Abogados debemos tener la necesidad de comprender que el mundo se mueve rápidamente y que necesitamos que el derecho conozca la tecnología, como una redefinición fundamental de cómo servimos a nuestros clientes y cómo entendemos nuestra profesión.
La implementación de tecnologías emergentes reemplaza las formas tradicionales con las que se hacían las cosas, ya que estas ofrecen una simplificación de procesos, caracterizándose por su capacidad de superar barreras técnicas y abrir nuevas oportunidades, generando mayor seguridad, duplicando la eficiencia y la productividad, lo que permite aumentar la satisfacción del cliente.
Implementar las nuevas tecnologías emergentes en el sector legal, consiste en enfocar y dirigir la mentalidad de los abogados hacia las oportunidades que ofrecen, para integrar en nuestro día a día, de forma consciente y responsable, las herramientas que nos permitirán ser más eficientes y poder empatizar mejor con la psicología de los nuevos consumidores de servicios jurídicos cada vez más digitales, exigentes y proactivos, para poder entregarles una mejor experiencia y proporcionarles gestiones más eficientes, con la implementación de herramientas que permitan mejorar la calidad y la velocidad de nuestros servicios.
Es así que, nace el concepto de LegalTech: la tecnología incorporada en el ámbito jurídico, así su sentido y concepto, es una combinación de los términos “servicios jurídicos” y “tecnología” – tecnología jurídica- que supone la adopción de tecnologías y software innovadores para racionalizar, optimizar y mejorar los servicios jurídicos
Por el contrario, la adaptación de la mayoría de los abogados a la transformación digital se da a pasos forzados, porque todos sabemos que nuestra profesión se ciñe a las normas o tiende a ser dogmática y nuestros genes han sido educados durante millones de años a cambios aritméticos y tomando como base los precedentes, es así, que los cambios tecnológicos suceden de forma exponencial, porque no estamos preparados para poder digerirlos y es debido a eso que el sector legal ha sido muy inmovilista y conservador frente a la irrupción de la tecnología, habiendo acumulado un gran déficit en esta materia.
Todos sabemos que antes de la pandemia de COVID-19, muchas de estas tecnologías no habían tomado importancia y muchos se esforzaban por hacer creer a las personas que estas eran útiles y que tuvieran la aceptación de las personas; pero el confinamiento, provocó la aceptación urgente del sector tecnológico, debido a motivos de «fuerza mayor», que nos llevó a todos a una nueva manera de hacer las cosas, ya que el comercio y los negocios no podían simplemente detenerse. Lo que provocó un maremoto tecnológico que nos golpeó de frente y nadie pudo cuestionar que grandes olas -tecnologías emergentes- están tocando la orilla y de cada uno dependerá si quiera surfear en ellas o huir de ese tsunami.
Los abogados debemos salirnos de nuestra zona de confort, para pensar diferente, pero no todos están preparados o dispuestos, ya que, esto implica un enorme esfuerzo que conlleva un estrés mental añadido al del propio ejercicio de la profesión por el día a día del trabajo que además implica una inversión económica para actualizarse. La edad de los abogados es otro factor que influye significativamente a la hora de introducirse a la digitalización, ya que, los que se encuentran actualmente entre los 35 y 55 años, son los denominados “inmigrantes digitales”, a contrario sensu de los que son conocidos como “nativos digitales”, que nacen y parten con una gran ventaja, al haber conocido un mundo donde las nuevas tecnologías han sido una parte integral de su vida, por tanto, quienes han alcanzado la mayoría de edad y crecieron en un mundo analógico deben decidir ahora: si migrar al mundo digital, por elección propia o por necesidad.
La clave principal para hacer este cambio es la implementación de una planificación de estrategia de transición hacia un modelo digital en nuestro actuar profesional diario, lo que implica actualizar, innovar, integrar y ampliar los conocimientos de manera crítica y reflexiva, desarrollando habilidades críticas, de trabajo colaborativo, que permitan ir más allá de lo que dictan las normas actuales, y así comprender temas como el impacto de la tecnología en el sector público, en las empresas, en la sociedad en general y otros temas de actualidad, para brindar a nuestros clientes un servicio legal informado, ético y socialmente responsable.
Comprender la tecnología permitirá ofrecer nuevos servicios, mejorar procesos, ser más competitivos e innovadores, y lograr un crecimiento profesional, ampliar la cartera de clientes, tomando en cuenta que los factores monetarios y de tiempo, son una gran ventaja de la migración digital, que permitirá la optimización de la eficiencia y la eficacia para aumentando la rentabilidad y reducción de costos, con el objeto de entender y solucionar necesidades más concretas y reales de nuestros clientes <usuarios digitales>.
Lo anterior no debe significar que, la tecnología deba utilizarse como un sustituto del juicio humano o de la perspicacia del Abogado, pues es de vital importancia recordar siempre que, el uso de la tecnología no sustituye la formación ni el criterio del abogado; pues seguimos siendo responsables de nuestro trabajo y debemos asegurarnos de que los resultados sean precisos y estén alineados con las necesidades de nuestros clientes, de la mano con las tecnologías, que, deben ser utilizadas para mejorar la calidad del trabajo legal y no para reemplazarlo.
Finalmente, en este mundo en constante cambio, debemos mantenernos firmes en nuestra creencia de que el derecho enriquecido y fortalecido con la aplicación de la tecnología, es una fuerza para irrumpir, innovar y mejorar el sector jurídico.