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¿Pueden ser reguladas las criptomonedas?
Escrito por: Violeta del Carmen Hernández | Abogada Asociada en Complex Law Studio
Con el avance de la tecnología y herramientas virtuales los medios de pago han tenido que ir evolucionando en criptomonedas, como una forma de realizar transacciones comerciales específicamente en las páginas de internet, por el crecimiento de su popularidad, y siendo el caso que en algunas partes del mundo se han establecido cajeros automáticos para poder hacer transacciones con dichos activos, es que ha surgido la necesidad de regular su uso, a pesar de sus riesgos y su mala reputación.
Actualmente, según datos de Chainalysis, Inc., el uso de criptomonedas subió hasta un 880 % entre el año 2019 y 2020 a nivel mundial, especialmente en países emergentes, en donde la confianza hacia las autoridades y la banca es baja, y donde el dinero de uso legal tiende a depreciarse.
A manera de ejemplo, la Administración de Joe Biden en Estados Unidos de América, ha sido crítica con el rol que tienen las criptomonedas, por no responder a una autoridad central, a los ataques de secuestro de datos que han robado a infraestructuras y datos personales de ciudadanos. ¿Cuál es la idea central de la Casa Blanca? El incrementar la regulación de estos activos digitales, ya que plantean un problema al facilitar la actividad ilegal, incluida la evasión fiscal.
En España, por su parte, existe la Ley contra el Fraude, cuya finalidad es reforzar el control tributario sobre los hechos imponibles relativos a monedas virtuales, la cual en concreto establece una serie de obligaciones para quienes poseen criptomonedas u otros criptoactivos, en la cual está la de informar de los distintos saldos, así como la identidad de los titulares de cada saldo, informar de los domicilios, identificación fiscal, así como el precio y la fecha de operación y la de informar sobre las monedas virtuales de las que sea titular. Además, esta Ley, ha servido para oficializar algunos términos, que puede ser de utilidad global, por ejemplo: “moneda virtual” y “claves criptográficas privadas”.
En Latinoamérica, los gobiernos de Venezuela, El Salvador, y Cuba han acogido el uso de criptomonedas, siendo El Salvador, a través de la entrada de vigor de la “Ley Bitcoin”, el primer país en el mundo en hacer del Bitcoin moneda de curso legal, en la cual se puede resaltar que el uso de criptomendas en nuestro país puede ser una herramienta para enviar remesas de manera más eficiente, así como puede ser útil para atraer turismo e inversiones.
Por otro lado, Venezuela ha sido de los primeros países en emitir su propia divisa virtual, el petro, la cual no fue usada como el Gobierno de ese país esperaba y por su parte el banco central de Cuba anunció que legalizará las criptomonedas ante el incremento del uso del Bitcoin, Ethereum, Litecoin y Tether.
Por lo que se puede apreciar con estos ejemplos que existe en materia de regulación vacíos importantes, lo cual vuelve necesario un nuevo enfoque, normas e instituciones que mitiguen el uso ilícito de las criptomonedas, facilitando su interacción con el sistema legal, sin menoscabar la innovación con una regulación excesiva, lo cual tampoco debería de ser el objetivo.
¿Qué es lo busca mucha gente a nivel mundial? Altas ganancias de dinero y por lo tanto la volatilidad con la que se desenvuelven estos recursos, es una de las grandes razones por la que está costando que el ciudadano común las adopte, y por no existir tampoco un emisor oficial, contribuye a que el sector comercial “formal” no acepte este medio de pago.
Sería interesante la posibilidad de que exista una plataforma financiera global, en vista que estamos a las puertas de una verdadera inclusión financiera mundial, y las tecnologías que hay detrás de las criptomonedas puede permitir el acceso de millones de personas dedicadas al comercio “informal” y que no pueden acceder al sistema financiero convencional.
Y a nivel de análisis personal, considero que existe un margen de aplicación de regulación si las autoridades a nivel mundial lo estiman oportuno, y que la regulación no tiene por qué ser una mala noticia para el mercado en todos los casos, aunque es evidente que existe una clara preferencia por una naturaleza jurídica definida.
¿Qué dudas deben solventar las autoridades? En principio deberán aclarar la clasificación regulatoria de las actividades relacionadas con las criptomonedas, tomando en cuenta criterios basados en su función económica y no a la tecnología utilizada, además es necesario volver a trazar las fronteras entre los distintos organismos reguladores a fin de clarificar las responsabilidades y sobre todo el afrontar los problemas regulatorios derivados de la dimensión global de las criptomonedas.
Hacer saber cuáles son los riesgos, es sin duda la principal crítica al uso de criptomonedas, la gran volatilidad que caracteriza a estos activos, y esto puede generar muchos ataques especulativos que afectan a la gente, y para ello se debe de determinar quién asumiría los riesgos de la fluctuación.
Por las razones anteriores, se vuelve necesario generar planes más sólidos para evitar delitos como el lavado de dinero, corrupción o extorsiones, dado que rastrear las transacciones con criptomonedas, es mucho más difícil que el dinero que queda controlado en el sistema financiero tradicional.
Concluyendo que, como todo, lo que se debe de lograr es un equilibrio ideal: que las autoridades supervisoras y regulatorias protejan a los mercados financieros, a las inversiones de los ciudadanos, quienes deben estar informados en este complejo tema, y que se garantice que no se tomarán decisiones sin consultas previas a la población, y al tiempo que se deje espacio para la innovación, que a la larga podría propiciar a la inversión, sobre todo en los países en vía de desarrollo.
Y a manera de recomendación, lo que se puede sugerir, previo a invertir en criptomonedas, es investigar bien antes, sobre todo el comportamiento de estos activos, no realizar compras impulsivas, conocer los riesgos de las fluctuaciones, usar una buena wallet, y finalmente invertir en varias criptomonedas, ya que los mercados operan completamente diferentes.