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El Plan Escolar Anual y el COVID-19
Columna escrita por: Ruth Maritza Iglesias. Master en Educación Superior, capacitadora acreditada por Insaforp. Docente universitaria y de postgrado. Psicóloga de profesión
En tiempo de cuarentena mundial causada por el Coronavirus o COVID-19, todas las instituciones de educación en nuestro país, desde los niveles primarios hasta los de educación superior, han tenido que adaptarse a este nuevo contexto mundial.
En El Salvador, COVID-19 impacta en todos los sectores y en la educación no es la excepción, tanto instituciones públicas y privadas se han visto en la necesidad de adaptarse a este nueva coyuntura, en las instituciones públicas, los profesores se han visto en la necesidad de diseñar guías de estudio para la continuidad educativa de los niños para que se trabaje desde la casa. Esto implica para los padres doble tarea, ya que tienen la preocupación por la situación de la cuarentena y estar pendiente de las tareas de los hijos, en instituciones privadas – colegios privados, la situación es muy similar, pero cuentan con cierta ventaja sobre las instituciones públicas, ya que generalmente poseen una plataforma tecnológica, que les permite diseñar clases en una plataforma determinada, y de esa forma el año escolar sigue su curso con cierta normalidad.
A nivel de educación superior, las universidades han migrado sus programas de estudio a la modalidad no presencial o la virtualización de contenidos. Las universidades estaban trabajando en forma paralela en la modalidad virtual, ya que tienen varios años de que en su oferta académica ofrecen carreras en formato virtual, lo que les ha permitido hacer esta transición en sus programas de estudio a esta modalidad en forma más rápida y amigable para los estudiantes.
Lo anterior, es un reto para los docentes que han tenido que desarrollar competencias digitales y estrategias metodológicas innovadoras basadas en tecnologías, así también contar con los recursos necesarios para continuar ejerciendo la docencia desde su casa. Para la mayoría de los estudiantes, podrían contar con experiencias previas sobre clases virtuales y poseer competencias digitales que les facilite continuar con el ciclo académico en forma normal.
Pero las universidades deberían dar seguimiento a aquellos estudiantes que no tienen los recursos necesarios para continuar con el ciclo académico por medio de la plataforma. Hay casos de estudiantes que manifiestan que no cuentan con la conectividad apropiada para cursar sus materias en esta modalidad o que no poseen una laptop para sus clases; ¿qué hacemos en estos casos?
El COVID-19, está desnudando las carencias que tiene el país en el ramo de educación, por un lado tenemos una institución que administra la educación pública, pero que tiene muchas carencias en su infraestructura y las escuelas no cuentan con los recursos tecnológicos apropiados para afrontar este nuevo contexto de la educación. Lo cual nos indica que a nivel nacional se debería de empezar a trabajar en este aspecto y otro aspecto muy importante es la capacitación y formación de los profesores – en lo relacionado a competencias digitales y nuevas metodologías apropiadas al contexto.
Retomo el sector privado, que posiblemente va un paso adelante del sector público, pero se debe de reconocer que no toda la población de nuestro país tiene acceso a lo privado; las universidades deben de invertir en la capacitación y formación de sus docentes para que adquieran las competencias requeridas para la virtualización de la educación superior.