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Nayib Bukele: primeros pasos presidenciales de un líder – Edición #87

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Por: Antonieta Portillo, investigadora auxiliar del Observatorio de Políticas Públicas de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Francisco Gavidia.

GANA, Nayib Bukele, con el 53.10% de votos a su favor, en las elecciones presidenciales del 2019. Las cuales fueron celebradas el 03 de febrero del presente año.

Si bien es cierto no asumirá la presidencia hasta el primero de junio del 2019 y por ende, aún no posee el poder ni derecho de hacer cambios concretos y legítimos, ¿existen ya pasos que el presidente electo de la República de El Salvador ha tomado desde su, para muchos, sorpresiva elección?

Como primera instancia, el presidente electo se ha reunido con Dante Mossi, presidente del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), para discutir el financiamiento de los proyectos del nuevo gobierno como lo son la construcción y mejoramiento de puertos, hospitales, aeropuertos y escuelas. Muchos aplauden la iniciativa de invertir en estas obras, pero al mismo tiempo, existe una gran preocupación que los fondos invertidos por el BCIE, sean únicamente destinados a la creación de nuevas instalaciones cuando también es necesario mejorar la calidad de las ya existentes.

Estas mejoras se podrían implementar, ya sea en remodelaciones por cuestiones de espacio e higiene, que convendrían a los hospitales o provisionando capacitaciones al personal que labora en dichas instituciones sobre como optimizar su rendimiento y los servicios que proveen.

Una interrogante que aparece a menudo al discutir los beneficios y consecuencias de optar por financiamiento del BCIE, es ¿A qué costo? ¿Acaso es una inversión que posiblemente nos encaminará a salir del subdesarrollo o solo una suma más a nuestra ya extensa lista de deudas?

Después de todo, no hay que dejar pasar por alto el hecho de que según datos compartidos por el Banco Central de Reserva y el Ministerio de Hacienda, en el 2018 El Salvador contaba con una deuda de $18,000 millones a ser pagados con tasas de intereses de hasta el 8%. Lo cual se vuelve aún más preocupante dado que el país ha sido clasificado por tres de las principales firmas estadounidenses calificadoras de riesgo crediticio Moody´s, Standard and Poor’s y Fitch Ratings como “altamente especulativo” y al borde de recaer en la categoría de “riesgo sustancial”. Esto coloca a El Salvador como un prestamista en riesgo de no poder cumplir con sus obligaciones, también referido como “mala paga”, ante los mercados internacionales.

Ahora, si la Asamblea Legislativa aprueba el préstamo solicitado al BCIE de $86 millones de dólares por el actual presidente, Salvador Sánchez Cerén para financiar el “Programa de Renovación Cafetalera de Alta Productividad, Sostenible y Resiliente en El Salvador” el siguiente presidente, Nayib Bukele, podría asumir el cargo en un momento en que El Salvador se encuentre en una posición aún más precaria ante los asesores de riesgo.

Puesto que el presidente electo ha sido un ferviente promotor de reforzar las relaciones diplomáticas entre El Salvador y sus naciones amigas, está acorde con su agenda de gobierno que uno de sus primeros actos sea dar una gira por México y los Estados Unidos los cuales son considerados socios estratégicos por su cercanía y vastos recursos.

Al reunirse con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador y con varias instituciones estadounidenses entre ellas, la Corporación de Inversión Privada en el Extranjero y el Banco Interamericano de Desarrollo, espera no solo fortalecer las relaciones de cooperación bilateral e inversión recíproca entre las naciones, sino también empezar con la creación de una agenda que tenga como objetivo mitigar las migraciones forzadas que sufren tanto El Salvador como México y que incumben en gran parte a los Estados Unidos.

Así como parece intentar fortalecer nuestros lazos con naciones que representan grandes oportunidades para el país, el presidente electo también ha dado a conocer su postura negativa con respecto a apoyar los mandatos de Nicolás Maduro en Venezuela y Daniel Ortega en Nicaragua, los cuales si reciben el apoyo del actual presidente.

Mientras que la futura presidencia de Nayib Bukele está, desde tan temprana fase, visiblemente ralentizada por duda, grandes expectativas y resentimientos mal colocados al asociarlo con los fracasos de presidentes anteriores, también se caracteriza como una nueva visión dentro de la política al haberse enfrentado y salido victorioso ante las tradicionales fuerzas políticas como lo son ARENA y el FMLN.

El hecho que inclusive antes de asumir cargo esté tomando pasos en una dirección que podría beneficiar, económica y socialmente al país, le da gran esperanza y optimismo a la población que bajo su mandato se puedan corregir errores cometidos por las presidencias pasadas y que tal vez, por primera vez en mucho tiempo, seamos liderados por un presidente que en el transcurso de sus 5 años en el poder pueda ayudar al país en vez de seguir dañándolo.

 

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