Economía

Mercados estadounidenses celebran la victoria electoral de Trump

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César Addario Soljancic, vicepresidente de EXOR Estructuradores Financieros, nos ayuda a analizar los efectos que tendrá la nueva administración presidencial en Estados Unidos sobre la mayor economía del mundo.

La reciente victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales del 5 de noviembre ha traído consigo una serie de expectativas en torno al futuro económico de Estados Unidos. Con un enfoque orientado hacia políticas de desregulación, recortes fiscales y promesas de infraestructura, los inversores y economistas observan de cerca cómo la nueva administración influirá en la actividad financiera y comercial del país. Conversamos con César Addario Soljancic, vicepresidente de EXOR Estructuradores Financieros, quien aporta una visión detallada de los efectos esperados en los mercados y la economía en general.

Respuesta inicial de los mercados

«Los mercados financieros reaccionaron con entusiasmo a la victoria de Trump, en gran parte debido a las políticas económicas que él mismo promovió durante su campaña», explica Addario.

Según él, el enfoque de la administración Trump hacia los recortes de impuestos y la desregulación «impulsará las ganancias corporativas y llevará a un aumento en los precios de las acciones, lo cual Wall Street recibe con optimismo».

La expectativa de un alivio en los costos regulatorios, sumado a un entorno favorable para la inversión, podría potenciar la competitividad de las empresas estadounidenses, lo que beneficiaría directamente a los accionistas.

Las acciones en Estados Unidos alcanzaron máximos históricos el miércoles 6, tras las elecciones presidenciales de 2024, que marcan el regreso de Trump cuatro años después de su salida de la Casa Blanca.

El Dow Jones, el S&P 500 y el Nasdaq Composite registraron nuevos récords, impulsados por las expectativas de menores impuestos, una menor regulación y una presidencia activa en temas como el mercado de valores y el dólar. No obstante, la posible imposición de nuevos aranceles podría traer consigo desafíos en forma de un mayor déficit e inflación. 

La victoria republicana generó un impulso en las llamadas «Trump trades», que elevaron considerablemente los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE. UU. Además, el Bitcoin alcanzó un máximo histórico superior a los $75,000, y el dólar registró su mayor alza porcentual en un solo día desde septiembre de 2022.

Políticas energéticas y consumo

Las tensiones geopolíticas en Oriente Medio y Ucrania también están en la mira de los inversores. Según Addario, la percepción general es que Trump gestionará los conflictos de una manera que estabilice los precios de la energía, principalmente el petróleo. «Esto ayuda a los inversores a proyectar un panorama de costos energéticos bajos, lo que también favorece la inflación y la actividad crediticia”, apunta el vicepresidente de EXOR.

Uno de los elementos clave del nuevo gobierno es la posibilidad de implementar nuevos recortes de impuestos. En su primer mandato, Trump llevó a cabo una reforma tributaria que benefició tanto a individuos como a corporaciones, aumentando el ingreso disponible para los consumidores.

«Los recortes de impuestos serían una medida que dinamizaría el gasto en bienes y servicios», señala Addario, quien considera esta estrategia como un factor clave en el incremento del consumo. 

Otro factor relevante es el fomento de la inversión mediante la desregulación en varios sectores. «Un entorno regulatorio menos restrictivo facilita la producción, lo que se traduce en precios más competitivos y, por ende, en un consumo más activo», indica el experto. Esta estrategia, además, podría crear empleos, reforzando el mercado laboral y generando una mayor estabilidad económica. “Cuando más personas cuentan con ingresos estables, el consumo también tiende a aumentar, reforzando un ciclo de crecimiento económico positivo”, concluye Addario.

Inversión en infraestructura: Un factor clave

La administración de Trump también podría generar un gran impulso en el gasto en infraestructura, un aspecto prioritario en su agenda de gobierno. La inversión en infraestructura no solo genera empleo, sino que también repercute en las economías locales al aumentar los ingresos en las comunidades. Addario subraya la importancia de esta política, que considera «esencial para lograr un crecimiento económico sostenible».

La creación de empleos bien remunerados y el aumento de la actividad económica local generarían un ambiente propicio para el desarrollo económico en distintas regiones del país.

La postura comercial de Trump, que se prevé incluya la renegociación de acuerdos y un enfoque proteccionista, también tendrá implicaciones importantes. Aunque estas medidas pueden proteger ciertos sectores de la competencia internacional, también existe el riesgo de encarecer las importaciones, afectando los precios de consumo. Addario explica que «aunque el proteccionismo favorece a la industria nacional, encarecer las importaciones puede limitar el acceso a bienes más asequibles para los consumidores y aumentar la inflación».

La política republicana tiende a ser menos favorable a los estímulos fiscales, una característica que podría reflejarse en recortes a programas de apoyo económico. Addario destaca que “estos recortes redirigirán fondos hacia otras áreas, como infraestructura, aunque esto significará menos apoyos directos a las familias”. La reducción de estímulos también podría restringir el crecimiento económico si se percibe una disminución en el gasto de los consumidores menos favorecidos.

La economía de Estados Unidos bajo la administración de Trump promete ser un escenario de importantes cambios estructurales, donde el enfoque en la inversión privada y la reducción de la carga fiscal serán decisivos para los próximos años. «Estamos en una etapa donde los ajustes y la adaptabilidad de los mercados jugarán un rol crucial,» concluye Addario.

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