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Los retos para el sector legal salvadoreño en 2022
Escrito por: Jaime Vigil Aldana | Gerente País y Abogado Senior de Biz Latin Hub El Salvador
A dos años de la crisis sanitaria, 2022 se ha presentado como el año de la normalización de las empresas, y el sector legal no es la excepción, este último se ha tenido que reinventar para adaptarse a una nueva coyuntura económica y social enfrentando escenarios imprevistos, pero que han ofrecido nuevos retos y oportunidades para los que ejercemos la profesión de la abogacía.
A continuación, presentaré los retos a los que nos enfrentamos los abogados y que asumen profundos cambios en la manera de estudiar, interpretar, argumentar y resolver problemas legales y que pueden llevar al entorno jurídico hacia una evolución.
- Digitalización.
El sector legal a través de la pandemia ha tenido que implementar cambios acelerados al modelo tradicional, bajo el cual ha estado operando durante muchísimos años, particularmente en materia de nuevas tecnologías y digitalización de información. El contexto social actual y un mundo cada vez más globalizado han incrementado las nuevas vías digitales con el objetivo de reforzar el sector jurídico trayendo consigo un panorama totalmente nuevo.
Entonces, ¿Qué nos depara el futuro? Debemos aprovechar todas aquellas herramientas que nos permiten automatizar las tareas del día a día, tales como Blockchain, Smart Contracts e incluso la Firma Electrónica.
El Blockchain es una tecnología que nos permite mantener un registro distribuido, descentralizado, sincronizado y muy seguro de información. Esta podría cumplir la función de un registro público en operaciones digitales, ya que permite identificar a cada persona y dispositivo de forma única y almacenar y trazar esa identificación. Si bien su aplicación más conocida son las criptomonedas, puede ser aplicado como un servicio de autenticación de documentos o como una plataforma digital para almacenar y compartir información personal, lo cual sería muy útil para realizar due diligence, por ejemplo.
Asimismo, tenemos el auge de los Smart Contracts los cuales ayudan a ejecutar automáticamente funciones programadas tomando en cuenta condiciones específicas y que, si bien son aplicables a contratos menos solemnes, fomentan la velocidad de los procesos de negocio y son menos propensos a errores manuales/humanos. Además, por ser un proceso descentralizado elimina el riesgo de manipulación, ya que la ejecución es gestionada automáticamente por toda la red en lugar de un organismo.
Por último, la aplicación efectiva de la firma electrónica mediante una ley que, si bien existía desde hace unos años, no gozaba de aplicación práctica y que poco a poco ha venido agilizando trámites administrativos que antes podían demorar semanas, tal es el caso de la emisión de certificaciones registrales o apostillas.
Los abogados que no innoven en la forma de prestar sus servicios serán desplazados. Llámese innovación a aquel valor agregado al servicio prestado por los abogados y que genera una experiencia única en los clientes. Por otra parte, aquellos abogados in-house o de bufetes que son ajenos o incluso adversos al uso de herramientas tecnológicas, con el tiempo, serán superados por los que si lo hacen.
- Burocracia.
Estoy seguro de que han escuchado acerca del derecho constitucional a la pronta y cumplida justicia, ese principio tan anhelado y no apegado a la realidad de los países de Latinoamérica, que es aplicable no solo a los procesos judiciales sino a los procedimientos administrativos. Es risorio que en pleno siglo XXI gestiones judiciales y administrativas duren meses e inclusive años, debemos empezar a emplear cada vez más las herramientas que tenemos para la agilizar los procesos.
Aun teniendo importantes avances y reformas legislativas como la Ley de Eliminación de Barreras Burocráticas y la Ley de Procedimientos Administrativos, la estructura del sistema jurídico todavía posee algunas instituciones anacrónicas. Debemos estar conscientes de que el derecho es más cambiante que hace décadas y que los cambios son más rápidos que la producción legislativa, por lo cual debemos fomentar y promover una cultura de agilidad, todo mediante la utilización de estas herramientas que tenemos hoy en día como, por ejemplo, el Tribunal de Eliminación de Barreras Burocráticas que es una institución autónoma que ejerce control a los trámites llevados a cabo por las instituciones públicas y cuya finalidad es maximizar la rapidez de los servicios.
Los abogados debemos ser más reacios a la demora de las instituciones y para hacer frente a este reto, es imperativo trabajar en el punto mencionado anteriormente. Asimismo, y en relación con lo discutido en el apartado A de este artículo, la digitalización puede traer consigo una modernización en las instituciones, que se vería reflejado en mejores tiempos de respuesta y un proceso de recepción y entrega de documentos más eficiente.
- Ética.
Por último y no menos importante, debemos hablar sobre la deontología jurídica y su labor importantísima que permite hacer frente al deterioro del Estado de derecho, a la crisis de las instituciones y al desprestigio de las profesiones.
Todo abogado debe comprender la importancia de la ética profesional y de la moral en sus tareas diarias. Algo que, en ocasiones, se pierde gracias a que muchos profesionales buscan un resultado a corto plazo y utilizan la cualquier artimaña para lograrlo, dejando de lado la legalidad de los procesos.
Para evitar un comportamiento mediocre o corrupto de quienes ejercen esta profesión, se necesita que haya un control más robusto a la hora de sancionar y repudiar acciones que se alejan de los valores fundamentales de todo abogado, así mismo las instituciones académicas encargadas de crear profesionales deben fomentar un sentido de ética a sus alumnos.
En El Salvador necesitamos una mayor participación de parte de los abogados a buscar soluciones a los problemas jurídicos y políticos. Debemos honrar cada día el compromiso que tenemos con nuestra profesión y tratar de contribuir a que exista una cultura de justicia, inmediatez y honradez.