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Los negocios flexibles en la nueva era empresarial

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Ernesto Hernández Otero – consultor empresarial y capacitador profesional acreditado. 

 

Adversidad, versatilidad, oportunidades, son las tres palabras que definen la nueva era en el mundo de los negocios. Una nueva era con desafíos particulares, algunos son imprevistos, otros han sido predecibles, pero a fin de cuentas, todos hemos lidiado en los últimos meses con diferentes cambios en nuestras formas de vida, desde el confinamiento forzado, los nuevos hábitos, la visión personal del futuro próximo y en ciertos casos, mucha incertidumbre.

La adversidad llegó sin avisar. Puso en pausa al mundo de la noche a la mañana. La mayoría de empresas cerraron sus puertas sin saber que pasarían meses para volver a abrir – las que pudieron volver -, no se trataba de una situación local; el planeta entero estaba en alerta inminente ante la primera gran pandemia del siglo XXI.

Un virus bastante volátil en su contagio, generó aún más volatilidad en la economía, llevándose en su paso el valor de muchas inversiones. Incluso el petróleo llegó a mínimos históricos nunca antes vistos. Este fue un mal presagio para la realidad que nos esperaba, pues si los grandes caían, ¿qué pasaría con los pequeños?

Según el Foro Económico Mundial, en su Reporte Global sobre Capital Humano del 2017, la agilidad es una de las principales habilidades del futuro, asociando dicha aseveración a un análisis del libro “Agility” de Leo Tilman, donde habla sobre cómo navegar en lo desconocido y aprovechar oportunidades en un mundo disruptivo. Menciona que las organizaciones ágiles tratan la disrupción y las adversidades como oportunidades.

Es entonces un optimismo racional, decir que la agilidad es la forma para encontrar oportunidades ante la adversidad en un mundo volátil. ¡Eureka! La crisis parece tener una -o varias- salidas.

El Profesor Rand Spiro, pionero de la teoría de la flexibilidad cognitiva, que incluye la agilidad como una de sus características; la define como “la habilidad para reestructurar espontáneamente el conocimiento personal, de muchas formas, como respuesta adaptativa a la necesidad de una situación radicalmente cambiante”. Es decir, que en función de las situaciones y contextos, se generan cambios radicales en la manera de pensar, del comportamiento y de las perspectivas, como una respuesta adaptativa.

Esa respuesta adaptativa depende de la flexibilidad para aceptar la nueva realidad, de entender las nuevas condiciones y de encontrar en esa nueva forma de vida, la satisfacción de las nuevas necesidades. Es un reseteo de expectativas y de capacidades.

Para algunas empresas pequeñas y medianas, ha sido conveniente la pausa larga impuesta a las grandes empresas por la pandemia. Dados los procesos estáticos y administración vertical que caracterizan a la gran empresa, les resulta difícil ser flexibles, pues la misma organización repele los cambios rápidos; sin embargo, para las MIPYME ha resultado en una ventaja competitiva, tener una estructura eficiente y tener procesos cortos.

Mientras la gran empresa ha tenido que cerrar pues sus costos operativos son muy altos y dependen de una mayor productividad, lo que les impide asegurar las condiciones de bioseguridad que en este momento se necesitan; la pequeña y mediana empresa ha buscado reorientar o incluso cambiar de modelo de negocio sobre la marcha. Seguramente, no será un periodo de alta rentabilidad para las MIPYME, pero ser flexibles y adaptarse les ha permitido mantener una liquidez mínima que ha evitado la desaparición de muchas de ellas.

Las micro, pequeñas y medianas empresas, puede parecer que están entre la espada y la pared, pero no es así. Si bien han pasado meses de ansiedad, incertidumbre y volatilidad, cuentan con una oportunidad que la gran empresa puede envidiarles: la versatilidad necesaria para innovar.

Ser versátiles en los negocios implica usar la creatividad para encontrar oportunidades, requiere de imaginación para generar una propuesta de valor con barreras de competencia, y exige visión para prever patrones en el comportamiento de la competencia y de los consumidores.

La integración es la habilidad de cruzar la experiencia y el conocimiento en varios dominios, para resolver problemas de manera creativa e inesperada, así como surgió en la mente de Da Vinci, el concepto del helicóptero como producto del cruce de la anatomía y dinámica de las alas de un pájaro, con la física e ingeniería de un rotor helicoidal. Da Vinci representa a un polímata, capaz de vincular áreas del conocimiento distintas, del mismo modo que muchos empresarios con espíritu emprendedor, usan sus diferentes experiencias para crear bienes de valor.

El mayor desafío actual para las empresas consiste en sacar provecho de la polimatía de sus equipos de trabajo, es decir, la capacidad colectiva de integrar diferentes áreas del conocimiento y transformarla en oportunidades reales de negocio.

El académico Ernest Boyer dijo que el futuro pertenece a los integradores, y el tiempo nos ha demostrado continuamente, que las crisis son la mejor motivación para impulsar las mejores innovaciones y convertirlas en las empresas del mañana.

Y mañana comienza ahora.

El mayor desafío actual para las empresas consiste en sacar provecho de la polimatía de sus equipos de trabajo, es decir, la capacidad colectiva de integrar diferentes áreas del conocimiento y transformarla en oportunidades reales de negocio

 

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