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LIDERANDO EN FEMENINO – EDICIÓN #91

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Por:  Sandra Morales, mentora del Programa WeAmericas.

Una tarde de enero, hace ya varios años, Margaret Henríquez armaba las maletas para dejar  Argentina y viajar a París, para tomar su nuevo nombramiento como presidenta de la Casa Krug en Francia, una de las “maisons de champagne” más prestigiosas del mundo.  Sus amigos en sus muchas despedidas recordaban su historia profesional y ella también compartía los desafíos que enfrentó. Incluso ocultando su embarazo ante su jefe principal, que viajaba cada 3 meses a verla. 

En esa época, ella estaba a cargo de un proyecto de enorme responsabilidad en su  natal Venezuela. Ella misma menciona en sus entrevistas que tuvo dos proyectos en simultáneo: su embarazo y la implementación por primera vez de un sistema de software moderno en la empresa que dirigía. Ambos los terminó con éxito y asegura que esa situación le permitió enfrentar muchos retos posteriores.

Ahora bien, ¿qué deben tener las diferentes Margaret en el mundo para abrirse camino y comenzar a empoderarse a nivel profesional para lograr su crecimiento? Actualmente, se habla del empoderamiento femenino y de la apertura que deben tener las empresas hacia más mujeres en puestos directivos; pero también de las barreras que las mujeres profesionales, empresarias e incluso emprendedoras incipientes enfrentan.

Muchos se preguntan si este reclamo de inclusión es válido si responde a una tendencia, una moda o una realidad del nuevo entorno. ¿Cómo se puede responder a ello? La primera respuesta es conocer las estadísticas: la encuesta sobre Líderes de Diversidad 2018 de Ernst & Young, señala que empresas con mujeres ocupando – al menos – el 30% de  puestos de liderazgo, tienen 40% más de probabilidades de generar rentabilidad y crecimiento.

También expertos en gestión empresarial señalan que empresas que lideran equipos inclusivos, tienen más posibilidades de tener éxito en sus enfoques estratégicos con sus clientes.

Efectivamente, si las mujeres han resultado ser útiles para los negocios, usando sus experiencias y perspectivas de vida para tomar decisiones, por qué no se logra un crecimiento en la famosa escalera de desarrollo, al interior de las empresas hasta escalar a puestos de dirección. Si bien, se reconoce que se han comenzado a realizar esfuerzos, aún persisten desigualdades y barreras.

Pero, ¿cuáles son esas barreras, cómo eliminarlas y que están haciendo otros países para la inclusión femenina en posiciones de liderazgo?  Lo primero que se detecta es la escasa presencia de mujeres en áreas claves de desempeño y la poca difusión invitándoles a sumarse.

Por lo anterior, se sugiere contar con un diálogo abierto sobre la urgencia en la equidad de género y mejora de oportunidades, tanto para hombres como para mujeres, realizando acciones como:

  • Mejorar los procesos de reclutamiento, evaluación y selección  de personal
  • Alentar a más mujeres a que participen postulando a vacantes en sus organizaciones 
  • Realizar evaluaciones exclusivamente por capacidad profesional
  • Comunicar resultados para impulsar el cambio organizacional

Y a nivel personal, las mujeres en cualquier ámbito también deben:

 

  • Saber administrar sus estrategias personales: realizar mapas de progresos para saber hacia dónde ir, qué pasos dar y no menos importante, quiénes son sus aliados: familia pareja, asistentes,  otros. 
  • Crear un networking efectivo y sostenible: no solo es identificar personas claves, sino también mantener contacto periódico, con reciprocidad en intercambios de ideas y propuestas. 
  • Crear, proyectar y mantener una marca personal acorde a las metas personales. 

 

Recuerdo el caso de una gerente en la banca comercial que  trabajando con su mentor, le compartía sus aspiraciones en base a su capacidad. Cómo iba construyendo su imagen de “hacedora de resultados” y hacia qué nueva gerencia en el organigrama apuntaba con  ello. Pero, el mentor le explicó que sus conductas y mensajes eran diametralmente opuestos al cargo de liderazgo al que aspiraba. Por eso es importante diferenciar “lo que deseo, de lo que proyecto”.

 

  • Identificar un mentor, coach o guía que brinde retroalimentación y consejos para un plan de mejora personal  y de plan de carrera.  
  • Buscar el balance profesional y familiar.

 

Asimismo, las mujeres deben unirse a movimientos locales o globales que les faciliten recibir un enfoque innovador, tanto en su visión personal como profesional. De esta forma ponen su liderazgo individual no solo a beneficio de una causa sino también a beneficio de su propia transformación, proyectando públicamente sus capacidades. 

Movimientos globales como SEE Women, del cual formo parte, ayuda a conectarse con líderes internacionales que buscan promover la sostenibilidad integral con enfoque de género, mediante el concepto de mujer sostenible como ciudadana, productora y consumidora. Se impulsa la capacidad femenina para ser un agente de cambio para el bienestar colectivo, impulsando redes de contactos, capacitación y formación. Actualmente, en Colombia, SEE Women capacita a emprendedoras salvadoreñas para convertirlas en la nueva generación de liderazgos femeninos sostenibles.

Podemos ser parte del cambio, depende de nuestra visión alcanzar el éxito compartiendo un liderazgo inclusivo en beneficio de todos.

 

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