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Las extorsiones en El Salvador, y la necesidad de la extinción de dominio
Escrito por: Ricardo Sosa | Master en criminología | www.ricardososa.net
Las pandillas en El Salvador al iniciar el año 2022 son verdaderas sociedades criminales, ahora son “empresas criminales” más que pandillas, y su principal interés es maximizar sus altas ganancias que les permiten a sus cabecillas, dirigentes visibles, y ocultos, tener y disfrutar de un estilo de vida lleno de excesos, lujos, derroches, despilfarro.
Las pandillas en nuestro país comprendieron que, de sus acciones delictivas, criminales que dejan cuerpos y sangre, solo logran “calentar la zona” y que se ordenen dispositivos permanentes que afectan sus operaciones. Por eso la naturaleza del crimen organizado y de las pandillas es, la adaptación y sobreponerse, para poder hacer giros en sus actividades criminales y de convivencia.
El año 2021 finalizó con nuevos golpes a las finanzas de las estructuras criminales en donde las operaciones han dejado al descubierto el gran trabajo de investigación técnica científica de los fiscales asignados por medio de los diferentes peritajes dirigidos por la FGR, y coordinando a las y los investigadores especializados de la PNC; siendo estos tres últimos años los más eficientes y efectivos en atacar las finanzas de ambas estructuras.
Este tipo de investigaciones requieren una especialización, y mucha capacidad de compartimentaje de la información, lo cual se ha logrado, al ejecutar las órdenes de capturas de los principales cabecillas, incautación de bienes, dinero en efectivo, inmovilización de cuentas bancarias, intervención de los negocios producto de operaciones de lavado de dinero, vehículos, entre otros.
El delito de la extorsión en El Salvador es el principal problema y amenaza para micro y pequeños empresarios, pero también impacta a la mediana y gran empresa, afectando en términos generales la actividad y funcionamiento económico de las entidades económicas.
La extorsión sistemática es la más frecuente en nuestro país con un pago periódico, mal denominado «renta», utilizan la amenaza a muerte y acciones de presión y terror; el flujo de efectivo se incrementó a las pandillas MS-13 y Barrio 18, por lo que desde finales de la década anterior comenzaron nuevas modalidades de delitos más complejos como lavado de dinero, comprando diferentes tipos de negocios, pero no olvidando que ha sido la extorsión la palanca financiera que les ha permitido ingresar al sector informal que les brinda múltiples ventajas, ya que el 72 % de la actividad económica del país está basado en la informalidad que genera tantos daños y pérdidas al 28 % de los que están formalizados, pero también al Estado, ya que la informalidad no tributa y se viste de un manto intocable que es aprovechado por el crimen organizado, delincuencia organizada, y las pandillas.
Las pandillas se dieron cuenta que tenían demasiado dinero en efectivo, que ya no lo podían esconder, incluso hasta enterrarlo, además que corrían mayor riesgo de ser capturados, por lo que comenzaron a lavar el dinero producto de la extorsión y otros delitos, utilizando a familiares, amigos, testaferros, oportunistas o contratando empleados para comprar y dirigir negocios, empresas, las cuales les permite lavar el dinero, y los oportunistas logran un porcentaje de ingresos por prestarse a estas operaciones.
Acá podemos encontrar negocios donde se maneja efectivo, y que brinda una percepción de alto flujo de personas como: cervecerías, billares, centros de tolerancia, prostíbulos, servicios de lavado de vehículo, puestos en los mercados, con la pandemia puestos móviles en vehículos de frutas y verduras, pólvora, pupuserías, taquerías, transporte público de pasajeros, taxis piratas, moteles, venta de gas propano, saldo de telefonía móvil, prestamistas, control de basureros donde prestanombres venden la basura a las empresas, narcomenudeo, drogas sintéticas entre los principales.
La extorsión en El Salvador se ha considerado uno de los delitos más fáciles de ejecutar, no digo que no es complejo; ser extorsionista en el país ya es un oficio, un estilo de vida, en muchas residenciales, comunidades, colonias, barrios, cantones, caseríos hasta se dice «es rentero» incluso con un tono de voz de respeto, estas personas pasan en sus lugares de residencia en calzoneta, sandalias, sin aparente trabajo, y cuando se aburren se van para los centros comerciales y cervecerías a gastar el dinero producto de la extorsión. Incluso en la micro y pequeña empresa el dinero de la extorsión se recolecta primero que los alquileres y pagos de proveedores. En la extorsión ya están involucradas y dirigiendo estructuras mujeres que han demostrado ser menos tolerantes ante los incumplimientos o retrasos en los pagos.
Una de las maneras más efectivas y eficientes de desmontar al crimen organizado y las pandillas es golpear el corazón de sus finanzas, no hay nada que les cause más dolor que le sean incautados sus bienes, dinero en efectivo, propiedades, inversiones, empresas, negocios, cuentas bancarias, vehículos de lujo, ranchos en la playa, y la herramienta jurídica legal en El Salvador es la extinción de dominio desde el año 2013. Esta ley permite que el Estado salvadoreño no permita que se legitimen los bienes e inmuebles producto de operaciones criminales, así como de acciones ilícitas incluyendo la corrupción, ya que sigue corrompiendo funcionarios, empresarios, a la sociedad en general, mantiene la impunidad, y la violencia en El Salvador. Por eso la reforma del año 2017 no me extraña que acorto los plazos para que prescribieran en diez años el plazo para perseguir bienes ilícitos de funcionarios o exfuncionarios, que casualidad.
Es de esperarse más golpes financieros al crimen, y seguirán apareciendo ya no solo negocios en el sector informal, sino sociedades anónimas que pueden tener sus oficinas en zonas exclusivas del país por medio de prestanombres que son empleados de estas estructuras.
La extorsión es el gran negocio de las pandillas en el presente siglo; es posible golpear a las estructuras criminales por medio de una Cruzada Nacional de Unidad Anti-Extorsión liderada por las Instituciones del sector justicia, y apoyada por los ciudadanos, con la facilidad para establecer las denuncias y protección. Y el apoyo a presupuestos. En este momento la PNC y FGR cuentan con personal especializado, técnico, confiable, y comprometidos con El Salvador.