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La hipertensión arterial: un mal prevenible

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Por: Dr. Harold Trillos | Medicina General y enfoque en Medicina Cardiometabólica

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) reporta que la hipertensión arterial afecta más del 30% de la población adulta mundial.

La hipertensión arterial afecta actualmente a un tercio de la población adulta en el mundo, según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Es el principal factor de riesgo para padecer enfermedades cardiovasculares, especialmente enfermedad coronaria y enfermedad cerebrovascular, pero también para la enfermedad renal crónica, la insuficiencia cardíaca y la demencia.

La hipertensión arterial es una enfermedad cardiovascular silenciosa, cuyos signos y síntomas no se presentan, o se presentan de manera muy silente, por lo cual los pacientes no consultan o tardan mucho en hacerlo.

El 17 de mayo se conmemora el día internacional para hacer énfasis en la detección, prevención y tratamiento oportuno de la hipertensión arterial. Esta enfermedad genera complicaciones como infartos al miocardio, derrames cerebrales, insuficiencias cardíacas, parálisis facial, incluso problemas importantes a nivel ocular, como el glaucoma.

Se define como el aumento intravascular de la presión que genera la sangre dentro de los vasos, o la presión que se genera durante el llenado y vaciado de sangre del corazón. Una presión arterial considerada normal es de 120/80, y se comienza a catalogar en diferentes grados según la cantidad de miligramos de mercurio arriba de eso que marque el paciente. 

La medición precisa de la presión arterial es fundamental para el diagnóstico y el tratamiento adecuado de la hipertensión. Cada vez que el corazón late, bombea sangre hacia las arterias. La presión arterial es más alta cuando el corazón late, bombeando la sangre. Esto se llama presión sistólica. Cuando el corazón está en reposo, entre latidos, la presión arterial baja. Esto se llama presión diastólica.

El numéro de arriba, que indica la presión sistólica, se considera normal en 120, de 120 hasta 130 aún es normal pero con elevaciones. En cuanto al número de abajo, o presión distólica, es normal de 80, pero entre 85 y 89 ya se puede catalogar como pre hipertensión.

Es importante detectar esta enfermedad a tiempo, para manejar o prevenir sus complicaciones en el aparato cardiovascular, cerebro vascular u ocular. Hay que hacer campañas para promover la detección temprana, para evitar que el paciente comience a tratarse cuando está en un nivel demasiado alto, o con complicaciones.

La enfermedad puede manejarse con medicamentos, reducción de peso, ejercicios y una alimentación bien controlada en cuanto a la ingesta de sal.

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