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La continuidad de los negocios pos-COVID-19

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Juan Manuel Muñoz Rapp – Asesor de rectoría de la Universidad Francisco Gavidia

Luego de más de ocho meses desde el primer caso confirmado de COVID-19, los negocios de todo tipo se han visto afectados de forma negativa, y solo unos cuantos han tenido un golpe de suerte por el rubro en que se encontraban. Pero para el resto que son la mayoría, esta pandemia ha traído dificultades en la continuidad del negocio. Para algunos, el proceso de transformación digital lo han tenido que acelerar, otros, en cambio, tuvieron que cerrar operaciones. Otros empezaron a ofrecer bienes o servicios a través del internet, pero esta continuidad de la que hablamos es parte del cambio del que hace varios años se ha venido manejando.
Hoy por hoy, es casi imposible pensar que una empresa pueda subsistir si no tiene e-commerce, si no logra la diferenciación con su competencia. Es por ello, que pensar en mantenerse económicamente activo es cuestión de querer transformarse.

En los salones de clase, al analizar las teorías y aplicar la metodología de casos, se intenta plantear las posibilidades, abrir la mente para reaccionar y actuar de la mejor manera ante circunstancias difíciles. Pero y ¿cómo incremento mi posibilidad de éxito?, la respuesta es con conocimiento, práctica y desarrollo de habilidades.

La cuarta revolución industrial, donde la robótica y la digitalización marcan la pauta de actuación, se tiene que pensar en la exploración y en la explotación, esta última donde se piensa en la subsistencia, en la eficiencia en la claridad del desempeño, en el hoy y en el corto plazo. Mientras que en la exploración, que le dará esa continuidad a los negocios, buscamos la innovación, la adaptación, la flexibilidad, el empoderamiento de la organización.


En tiempos de crisis como es en el que nos encontramos, se vuelve complicado ver a largo plazo, pensar qué se estará haciendo en 5 o 10 años. En esta pandemia estamos más enfocados en ver cómo hago para pagar la nómina de mis empleados, los impuestos, vender lo que tengo en almacén o lograr que mis clientes habituales me contraten de nuevo. Precisamente, ahora es donde hay que liberar esa rigidez que nos convierte en lentos, es el momento de confiar y dejar de controlar tanto nuestros procesos.

Es el presente el que tenemos que cambiar hoy. Es hoy la transformación que debemos hacer para lograr esa continuidad. Está muy bien gestionar mis procesos buscando la rentabilidad, pero ahora es cuando hay que soltar un poco, dejar que lo escrito se vuelva a reescribir y crear un nuevo futuro, convirtiendo las ideas en innovación de nuevos productos o servicios, en nuevos negocios. Para ello, hoy debemos ser muy selectivos con lo que hacemos y dejar las viejas ideas que nos han dado fortaleza pero a la vez rigidez y que limitan la creatividad y la innovación.

Para dar continuidad al negocio, no solo hay que pensar en la transformación digital, en el e-commerce o en invertir en tecnología, dependiendo del rubro se deberá hacer un análisis de riesgos. Pensar en cuáles son las amenazas que acechan en el mercado por el modelo de negocio que tengo, pensar también en las debilidades que tengo.

Luego con lo que tengo de fortaleza y oportunidades, crear un plan de cambio y de recuperación. Este plan tiene que ser realizable, factible financiera y técnicamente. Para este proceso podemos identificar tres etapas: primero, la preparación donde identificamos todos los escenarios tanto internos como externos. Donde identificamos las relaciones críticas para la continuidad; identificamos elementos claves y donde se alinean las visiones. En la segunda etapa, que es la construcción de las acciones específicas es donde conformamos los comités, equipos o comisiones, establecemos roles, las prioridades del negocio. Revisamos los recursos disponibles y establecemos los objetivos por cumplir. Por último, en esta tercera etapa, que es la implementación o puesta en marcha es la ejecución de las dos etapas anteriores, es la práctica de las acciones colaborativas de los grupos de trabajo y el seguimiento a los avances y los impactos esperados, para luego sobre la marcha, ir corrigiendo las desviaciones o incorporación de oportunidades no visualizadas en la planificación.

El reto no es fácil, pero hay que tener la valentía de hacerlo. No sabemos cuándo se tendrá otra crisis o qué tan grave será esta. Pero hay que prepararse, dejar de estar en las estructuras rígidas y volvernos más líquidos para adaptarnos a este nuevo mundo poscovid.

Para dar continuidad al negocio, no solo hay que pensar en la transformación digital, en el e-commerce o en invertir en tecnología, dependiendo del rubro se deberá hacer un análisis de riesgos. Pensar en cuáles son las amenazas que acechan en el mercado por el modelo de negocio que tengo, pensar también en las debilidades que tengo

 

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