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La amnistía fiscal vence el 2 de diciembre, ¿qué ocurre si no pago mi deuda con el Estado?
La amnistía decretada por la Asamblea Legislativa permite ponerse al día con el pago de impuestos sin enfrentar multas por los retrasos. En el país, evadir el fisco es un delito.
La amnistía fiscal de 3 meses decretada por la Asamblea Legislativa, que permite a los contribuyentes saldar sus deudas con el Ministerio de Hacienda sin enfrentar multas ni recargos, continúa vigente y es la oportunidad para saldar esas inquietantes deudas con el fisco.
El decreto vence el 2 de diciembre de 2024 y otorga a los deudores la posibilidad de establecer planes de pago de hasta nueve meses. Durante este período, cualquier contribuyente puede solicitar un plan a la Dirección de Impuestos Internos, la Dirección General de Aduanas o la administración pública. La primera cuota del plan debe ser el 10% de la deuda, a partir de la resolución de la solicitud.
Esta amnistía es especialmente relevante para aquellos con procesos pendientes en varias fases, incluyendo la jurisdicción contenciosa administrativa y la Fiscalía General de la República. Además, pueden beneficiarse aquellos que hayan declarado saldos a favor o que hayan presentado declaraciones fuera de plazo antes del 31 de julio de 2024.
Pero, ¿qué ocurre si alguien no salda esa deuda con el Estado? Es fundamental recordar que no cumplir con las obligaciones tributarias puede acarrear serias consecuencias legales.
En El Salvador, la evasión de impuestos se clasifica como un delito, lo que puede resultar en penas de prisión que van de cuatro a ocho años, dependiendo del monto evadido. Las autoridades fiscales están facultadas para iniciar acciones penales contra quienes no cumplan con sus deberes tributarios, incluso si han sido sujetos de fiscalización.
Por tanto, aquellos que opten por no pagar sus impuestos podrían enfrentarse a procesos judiciales que no sólo comprometen su libertad, sino que también pueden afectar su situación económica y social.
Asimismo, la falta de cumplimiento tributario no sólo tiene repercusiones legales, sino que también puede perjudicar la reputación del contribuyente. Las sanciones impuestas pueden incluir multas significativas, que agravan la carga financiera de los deudores y dificultan su capacidad para regularizar sus deudas en el futuro.
En un contexto donde la amnistía fiscal ofrece una vía de escape, la decisión de ignorar estas obligaciones podría resultar en consecuencias duraderas que impacten en la vida personal y profesional de los ciudadanos salvadoreños.