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José Mayorga, Presidente de ASDYL: “Somos una industria con grandes oportunidades de crecimiento”
Por ANEP
La Asociación Salvadoreña de Destiladores y Licoreros, ASDYL, aglutina doce empresas que producen y distribuyen bebidas alcohólicas en el país y enfrentan con entusiasmo varios desafíos para fortalecer su industria y superar la crisis.
La pandemia COVID-19 puso en problemas financieros a la mayoría de industrias y la de licores y bebidas alcohólicas no fue la excepción.
Según el presidente de la Asociación Salvadoreña de Destiladores y Licoreros ASDYL, José Mayorga, las empresas del rubro sufrieron una caída en sus ventas.
“Desde nuestra óptica, de los fabricantes y de los distribuidores, consideramos que la disminución en la facturación rondará el 30% para el cierre del año”, explicó Mayorga.
Esta caída está relacionada con varios factores, señaló el empresario. El primero es sin duda el cierre de bares, restaurantes y discotecas y del turismo en general, que redujo el consumo.
Segundo, la reducción del tráfico postconfinamiento que aún provoca poca afluencia en los centros de consumo y disminución en la venta de este tipo de productos.
“El tercer aspecto es el cambio de hábito del consumidor que generalmente tiene miedo al contagio, y es algo que los dueños de los negocios tendrán que combatir ofreciendo una propuesta de valor para atraer a sus clientes para que se sientan cómodos visitando sus negocios, nosotros como industria les apoyaremos”, dijo Mayorga.
Y finalmente, el empresario reconoció que la crisis económica ya provoca una reducción en el consumo de estos productos para priorizar otros más necesarios. “El consumidor con esta crisis tiene un menor poder adquisitivo”, reiteró.
Ante la reducción en sus ventas durante la cuarentena, las empresas que integran ASDYL se reinventaron elaborando hidroalcohol o alcohol gel, lo que ayudó en gran medida a producir un artículo de gran demanda en la pandemia y sortear la crisis.
“Tuvimos que reinventarnos, pero este proceso fue tortuoso, porque para lograrlo no solo debíamos prepararnos a nivel de planta de producción, sino obtener un permiso de la Dirección Nacional de Medicamentos. Además hubo que mandar a hacer nuevos envases, nuevos tapones. Se hizo inversión”, contó el presidente de ASDYL.
El empresario destacó que la mayoría de empresas tenían la capacidad instalada para elaborar el alcohol gel, pero los permisos que les dio la Dirección Nacional de Medicamentos expiraron y algunas licoreras se quedaron con material de envasado, que tiraron a pérdida, lo que también golpeó a las empresas.
Los desafíos de la industria
El presidente de la gremial de licoreros reconoció que la industria es todavía emergente pero hay grandes oportunidades de crecer tanto en el mercado interno como hacia afuera.
Por ejemplo, en El Salvador la categoría de mayor consumo es el vodka, contrario al resto de países de Centroamérica y del Caribe que se inclinan por el ron.
“Esto tiene que ver con la época del conflicto armado que se consumía bastante ron, pero se cerraron las importaciones, y las fábricas locales producían vodka y aguardiente, y entonces la costumbre fue cambiando hacia ese consumo y ahí hay una oportunidad” explicó el empresario y detalló que el vodka, junto al aguardiente, el ron, los licores de café, las cremas y premezclados son los principales productos que se elaboran en el país.
Mayorga reconoció que para que la industria crezca, uno de los principales retos es trabajar para frenar la falsificación y contrabando de bebidas alcohólicas.
“El país pierde unos 18 millones de dólares en efectos de recaudación por la falsificación y adulteración de bebidas alcohólicas, además de afectar la recaudación del fisco pone en riesgo la salud de los consumidores y es urgente combatirlo”, detalló Mayorga.
El empresario dijo que la gremial busca colaborar con las autoridades para frenar esa práctica.
Además como industria deben trabajar en el desarrollo de nuevos productos que puedan complicar la falsificación, como envases de cartón o de lata, entre otros.
Otro desafío añadió es involucrarse en la digitalización y el mercado electrónico. “El tema del E-commerce creció exponencialmente en la pandemia y es un modelo de negocio que si uno lo desarrolla bien puede ser rentable por la menor necesidad de recurso que se requiere”, expresó.
Aumentar la cuota de exportación y que la industria conquiste otros mercados, es también una tarea pendiente.
“Nosotros no llegamos ni al 2% de lo que puede estar exportando países como Guatemala y Nicaragua, no por capacidad, ni conocimiento sino porque nos falta apostar más por marcas, como han hecho esos países que ya tienen posicionados ron y otros licores”, detalló.
El empresario detalló que el país también tiene una oportunidad en su capacidad instalada para maquilar y exportar, aunque no produzca localmente las bebidas, pero se ha frenado estos procesos porque las plantas no están situadas en las llamadas zonas francas o parques industriales, algo que debe corregirse, dijo.