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Inteligencia artificial en la abogacía
Escrito por: Julio Cesar Osegueda Navas | Director de Praetorium
Cuando escuchamos la frase de la revolución de las máquinas, tal vez nuestra mente evoque un escenario de obras cinematográficas como El Exterminador o La Matrix, en la que humanos y aparatos se enfrentan a tiros limpios en una encarnizada batalla por recursos y sobrevivencia; sin embargo, esta batalla no se gesta en estudios de filmación, es real y presente, se está dando de forma menos directa de la que creemos, y tal vez las habilidades que pudiéramos requerir para librarla son menos marciales de las que el cine nos ha hecho creer.
Quizá algunos ubiquemos a Isaac Asimov o a Arthur C. Clarke, como algunos profetas que nos vienen advirtiendo sobre el riesgo de la dotar de inteligencia a aparatos y de cómo eso puede convertirse en el primer paso para que la creación reemplace al creador; sin embargo, fue Yuval Noah Harari quien en 2018 en su libro 21 lecciones para el siglo 21, nos aporta unos avisos más certeros y prácticos.
Yuval nos señala que este nuevo siglo de maravillas tecnológicas no está exento de un fenómeno que ha acompañado al ser humano desde sus orígenes, pero que hoy en día se esta dando de forma más vertiginosa, y es que la innovación viene aparejada con la obsolescencia, cuando las guerras pasaron de lucharse con ondas y piedras a hacerlo con flechas y máquinas de asedio, fabricantes de ondas se quedaron sin empleo; cuando los contenidos de entretenimiento se pasaron a distribuir eficientemente por medio digital, la nostálgicas tiendas de renta de películas cerraron; y esos cambios van exigiendo resiliencia y reinvención de todos nosotros. Lo mejor es enemigo de lo bueno, el que se estanca muere gris, olvidado en una esquina.[1]
Esta realidad aplica a cada ámbito del devenir humano, y no creamos que el jurídico queda libre de ello. Finalizando 2022 una tecnología que asombró a muchos fue la inteligencia artificial de conversación neural, del cual es un gran ejemplo Chat GPT; aportando respuestas que se acercan mucho a las humanas en diversos aspectos, con limitantes prácticamente decididos por sus desarrolladores en un esfuerzo comercial de mostrar sólo la punta de la nueva lanza en el mercado; pero que anida unas capacidades que rozan con la brujería.
Pregunta sobre recetas de cocina y te responderá, quién escribió un libro y de que se trata, no hay problema, necesita un código o algoritmo para automatizar un proceso, listo. Y… ¿Redactar una demanda? ¿aplicar la ley a un caso concreto y sugerir una forma de solución? ¿Revisar un contrato y verificar si hay cláusulas irregulares?
Pequeñas habilidades que hace que nos preguntemos ¿Puede un abogado ser reemplazado por esta inteligencia artificial? Parece que Joshua Browder de DoNotPay piensa que sí, al ofrecer Un millón de dólares a un abogado que permita ser reemplazado por esta tecnología en su próximo caso.[2]
Hubo una época en la que una prueba de Turing[3] consistía en evaluar si una jugada de ajedrez era creativa o no, porque claro las máquinas solo memorizan y repiten, pero eso cambió en 2008 cuando StockFish fue diseñada para crear jugadas no para recordarlas.[4]
Entonces, si un software puede acceder a repositorios de información a una velocidad inimaginable, puede analizar dicha información de forma cualitativa, y presentar resultados creativos y construir soluciones eficientes, ¿qué les falta para reemplazar a un buen abogado?
Para ir a la fuente, decidí preguntarle a ChaT GPT ¿Cuál crees que sean las cualidades más difíciles de programar para imitar a un buen abogado?, la misma inteligencia artificial con la que podríamos estar compitiendo me respondió que algunas podrían ser:
● La capacidad de comprender y analizar el contexto y las circunstancias específicas de cada caso.
● La habilidad para interpretar y aplicar la ley de manera precisa y consistente.
● La creatividad y el pensamiento crítico para encontrar soluciones innovadoras y efectivas.
● La capacidad de comunicarse de manera efectiva y persuasiva, tanto oral como escrita.
● La empatía y la capacidad de entender y considerar el punto de vista y las necesidades de los clientes.
Y aunque fue un hálito de esperanza, la esperanza fue breve, pues el solo hecho de que una IA pueda enumerarlas, me hace preguntarme ¿Cuánto tiempo demora en superar estas barreras? Después de todo, el primer y más difícil paso para resolver un problema es conocerlo.
Y aquí es donde debemos volvernos fríos y directos – como una máquina – no todos los abogados estaremos en riesgo, sino sólo aquellos que no logremos establecer una ventaja competitiva en el mercado.
Si la visión de un estudiante de derecho es volverse empleado para maquilar resoluciones, contratos y documentos varios a granel, ese camino está en riesgo, eso ya lo puede hacer una máquina; si desconoces tus motivaciones para ejercer esta profesión, ese camino está en riesgo, las máquinas trabajan sin necesidad de entender porqué lo hacen.
En pocas palabras, si no quieres ser reemplazado por una máquina, entonces no actúes como una.
Hoy más que nunca y de una forma más apremiante urge que nos enamoremos de nuestro arte, que la ejerzamos con pasión, porque los resultados de esa emoción no pueden ser reproducidos artificialmente, que seamos capaces de vernos como un elemento clave en el gran entramado del universo, sabiéndonos finitos, pero con intenciones infinitas, humanizando nuestra decisiones para actuar con fuerza, templanza, justicia y prudencia, patentando nuestros valores y usarlos para determinar nuestro objetivos.
Además, conviene que podamos distinguir nuestras capacidades y nuestras limitaciones, debemos transformados y en lugar de plantearnos un tablero en el que luchamos contra las máquinas para sobrevivir, preguntarnos mejor ¿cómo uso esa tecnología para mejorar mi vida y los servicios que proveo?, ¿cómo integro esas funciones y les permito completar mi limitada existencia humana? porque de cualquier forma ya llegamos al punto en el que “Resistirse es inútil”[5].
[1] Harari, Y. N. (2018). 21 Lecciones para el siglo 21.
[2] Browder, J (2023, enero 8) “DoNotPay will pay any lawyer or person $1,000,000 with an upcoming case in front of the United States Supreme Court to wear AirPods and let our robot lawyer argue the case by repeating exactly what it says.” Twitter: https://twitter.com/jbrowder1/status/1612312707398795264
[3] Prueba en la que se interactúa aleatoriamente con humanos y con sistemas de inteligencia artificial para determinar quien es quien.
[4] Intelligent Systems, Technologies and Applications: Proceedings of Fifth ISTA 2019, India. (2020). Singapur.
[5] Scheerer, R. (Director) (1989) «Q Who» de la temporada 2 de la serie de televisión Star Trek: La nueva generación. Estado Unidos.