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Evolución del profesional del derecho en la Industria 5.0

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Escrito por: Guillermo Gerardo Guido Cáceres | Gerente Legal de Multiriesgos, S.A. de C.V. | Partner en EticaLex – Law Studio

La sociedad a nivel mundial constantemente se encuentra cambiando, siempre avanzando debido al desarrollo de nuevas tendencias tecnológicas y la implementación de estas en toda faceta de la vida de las personas. Con cada nuevo adelanto tecnológico nos tropezamos con conceptos desconocidos para muchos, pero que a su vez terminan siendo tanto buenos, como malos, y con estos últimos por supuesto también nos encontramos conflictos, muchas veces abstractos, que necesitan de más creatividad y mayor conocimiento técnico para definirse y e indudablemente resolverse.

Durante el transcurso de la industria 4.0, considerada por muchas personas, como la aún actual revolución, una gama de novedades tecnológicas vio la luz, y estas por su misma naturaleza disruptiva, obligaron al mundo a llegar a nuevas definiciones resultantes de cuestionamientos necesarios para determinar cuáles son las conductas correctas que las personas deberíamos adoptar al momento de interactuar y utilizar tecnología; a manera ejemplificativa, para ilustrar de mejor manera esta idea, al tratarse de los avances en el tema de Inteligencia Artificial (I.A.) es necesario alimentar con información suficiente dicha I.A. para que esta sea capaz de tomar las decisiones correctas basadas en la data administrada, así como, si la I.A. se encontrase ante una situación nueva, la misma tuviese la capacidad de encontrar por sí misma una solución; sin embargo, como mencioné anteriormente esto lleva a una serie de cuestionamientos jurídicos, e inclusive filosóficos, que no pueden omitirse si pretendemos que la I.A. utilizada trabaje correctamente, consiguiéndonos los resultados positivos esperados.

Preguntas tales como ¿qué pasa si la I.A. no tiene información suficiente y comete un error?, ¿se exime de responsabilidad?, ¿es posible que se programe para que pueda acudir a un humano solicitándole le ayude a resolver la situación?, o bien, ¿informarle al usuario de la Inteligencia Artificial que carece de la información suficiente, y que sea éste quien asuma la responsabilidad?, ¿de qué manera se puede detener a la I.A.?, ¿puede esta I.A. ser utilizada como arma?, ¿cuáles son los riesgos si el resultado proporcionado por la Inteligencia Artificial es incorrecto?, ¿es asegurable?, y así muchas más situaciones como las planteadas, las cuales obligan al Derecho, como conjunto de normas que regulan la conducta humana, a modernizarse integrando la tecnología al Derecho y viceversa, dando origen a una nueva rama de las Ciencias Jurídicas, llamada Derecho Tecnológico y todo lo que este conlleva.

La Industria 5.0 apunta a que además de incluir la tecnología que ya conocemos, toda estará aún más conectada entre si, gracias a los avances de las telecomunicaciones con la red 5G, así como un mayor desarrollo de la Inteligencia Cognitiva, la cual es una parte fundamental de la Inteligencia Artificial, que le permite a las aplicaciones en nuestros dispositivos móviles, por ejemplo, comprender e interpretar las necesidades de nosotros, las personas, como sus usuarios, debido a mayor implementación de la Inteligencia Artificial, y la automatización de más sistemas dentro de la cadena de suministro. Regresando a la Industria 4.0, sabemos que está basada en una automatización extrema de la tecnología aplicada a diferentes segmentos de producción, como por ejemplo la utilización de Inteligencia Artificial, el Internet de las Cosas, Big Data y Smart Contracts. Sin embargo, el siguiente escalón, es decir La Industria 5.0 no es completamente disímil a su antecesora, a diferencia de revoluciones pasadas, en donde fácil y tajantemente se distinguen sus características. La quinta revolución industrial mantiene toda la tecnología ya conocida, pero el enfoque de aplicación cambia, y las personas vuelven a tener estelaridad en esta nueva Industria.

La nueva etapa de las Ciencias Jurídicas supone diversos retos a superar antes de encontrar un verdadero balance, siendo unos de lo más importantes actualizar los cuerpos normativos para armonizar su contenido con la realidad de la sociedad; asimismo, al estar la tecnología tan arraigada en el día a día de las personas y por ende en sus negocios, el abogado está obligado a transformarse en un profesional que va más allá de un experto de las leyes, deberá enfocarse en extender su capacidad analítica hacia el mundo de los negocios, y volverse un verdadero aliado de sus clientes. Así como en décadas pasadas, y posiblemente aún hoy en día, cuando un estudiante recién graduado de educación básica, buscando superarse profesionalmente mediante la obtención de un título universitario, si consideraba que las ciencias matemáticas no eran su fuerte, se matriculaba en la carrera

de derecho con la idea, equivocada cabe destacar, que la profesión de la abogacía requería poco o nada de conocimiento matemático; no obstante, dicha noción progresivamente se fue transformando y muchos estudiantes y abogados vieron la necesidad de entender las matemáticas como parte de su formación profesional en el mundo jurídico, puesto que la ciencia matemática suministra al abogado de las herramientas intelectuales necesarias para determinar de forma cuantitativa las repercusiones jurídicas de determinadas acciones, así como nos es útil para determinar plazos, intereses, prestaciones salariales, honorarios y otros; hoy en día, la profesión nos exige adquirir nuevos conocimientos complementarios, adicionando a nuestro repertorio la comprensión en las cuestiones de tecnología.

Se vuelve menester para el abogado contemporáneo entender de temas que la Industria 4.0 exige, y los cuales continuarán e inclusive se volverán más complejos con la evolución de la tecnología en la Industria 5.0, siendo algunos de estos la Firma y Comercio Electrónico, Inteligencia Artificial, Insurtech, Tratamiento de Datos, y Robótica, especialmente este último ya que se proyecta que en el nuevo escalón de la Industria las personas trabajarán más de la mano con robótica, generando la posibilidad de que en un futuro no muy lejano nazca el derecho robótico, en donde nos estaremos preguntando ¿tienen derecho los robots?, ¿qué dicen las tres leyes de la robótica?, y otra serie de interrogantes que los abogados deberemos estar preparados para analizar y resolver jurídicamente.

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