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El Compliance más allá del AML

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Escrito por: Ernesto A. Alfaro – Abogado | Cumplimiento Legal – AMLCA | Servicios Financieros

En El Salvador a partir del año 2016 se ha podido observar un fenómeno muy interesante, el cual es el crecimiento de la demanda de profesionales en el área del Compliance o Cumplimiento Legal como es más conocido, esto debido a que en dicho año llegaba a su vencimiento la prorroga dada por parte de la Fiscalía General de la Republica para que los diferentes actores nacionales que se encuentran listados en el artículo número 2 de la Ley Contra el Lavado de Dinero y Activos pudieran inscribirse y acreditarse ante la Unidad de Investigaciones Financieras de dicha institución.

Ahora bien, pareció que a muchos, estos plazos les tomaron por sorpresa e hicieron los ajustes necesarios y en algunos casos un poco improvisados ya que anteriormente este tipo de requerimientos como el de inscripción y acreditación, creación de manuales, políticas de cumplimiento y programas de prevención solo eran algo exclusivo para las entidades financieras por la misma naturaleza de sus actividades, lo que detono una búsqueda de profesionales con conocimientos en el área de AML (Anti Money Laundering) para cubrir los cargos de Oficiales de Cumplimiento o para crear los manuales, políticas y hasta poder realizar las capacitaciones al personal requerido también por ley.

Todo esto nos ha llevado a un hecho bastante peculiar, y es que con algunas excepciones, han encasillado al Compliance como el cumplimiento de las leyes en prevención de lavado de dinero sin darse cuenta que el Compliance como tal posee muchas áreas de especialización y que incluso la cultura del compliance a niveles internacionales es la base bajo la cual se llevan a cabo las operaciones diarias de una empresa, por ello, es necesario que en El Salvador comencemos a verlo como lo que es, y lo utilicemos incluso como una ventaja competitiva frente a otras empresas del mismo sector tanto a nivel nacional como regional para poder atraer o concretar negocios con empresas o inversionistas extranjeros.

Lo primero que debemos hacer es tratar de entender que es el Compliance para posteriormente saber implementar una cultura de compliance en nuestras empresas, y es que el compliance es el conjunto de diferentes elementos que en su totalidad llevan a un mismo fin, pero para tratar de definirlo podemos decir que es el cumplimiento de leyes, reglamentos, políticas de ética y buen gobierno corporativo aplicables a las operaciones diarias de una empresa, y es que la cultura de compliance debe ser inculcada y promovida desde las juntas directivas hasta el último de los empleados, pues cada uno de ellos en algún momento de las operaciones se vuelve la cara de la misma.

Al referirnos a las leyes y reglamentos, nos da pie a poder entrar al amplio espectro de aplicación del compliance pues para cada empresa las normativas aplicables para su operatividad son distintas, por ejemplo para el sector automotriz no se le aplicaran las mismas normativas legales que se le pudieren aplicar al sector bancario, como tampoco al sector farmacéutico o al marítimo; es por ello que cada empresa debe de realizar un análisis de sus operaciones para saber que leyes, reglamentos, políticas de ética y buen gobierno corporativo les son aplicables y así adecuar su programa de cumplimiento a sus propias necesidades.

Y esto nos lleva a otro elemento inherente a toda empresa o negocio y que es un factor motivante para el compliance, “El Riesgo”. No es posible emprender ningún tipo de negocio sin que estemos expuesto a algún tipo de riesgos y eso específicamente es uno de los objetivos del Compliance, que como empresa

podamos identificar los diferentes riesgos tanto legales, reputacionales, operacionales y financieros, a los que pudiéramos estar expuestos con la finalidad de mitigarlos e incluso administrarlos de forma tal que el impacto que pudieran tener sea asumible y manejable por la empresa. Y asociando lo expuesto en el párrafo anterior, cada sector tiene diferentes riesgos y nuevamente por qué cada programa de cumplimiento debe ser hecho a la medida de cada empresa.

Ha esto cabe agregar otro elemento importante, la figura del Oficial de Cumplimiento. En El Salvador la mayoría de las empresas han entendido al Oficial de Cumplimiento AML como si fuese esta la figura internacionalmente conocida del Chief Compliance Officer, pero entre ambas figuras hay una diferencia.

En el caso del primero, sus funciones se basan en velar por que los programas, manuales y políticas de prevención de lavado de dinero estén acorde a la realidad y a la exposición a la que la empresa pudiera estar expuesta, en el caso del segundo, el “Chief Compliance Officer” como es nombrado internacionalmente tiene por responsabilidad velar por la aplicación de las leyes y regulaciones y de las políticas aplicables al sector o giro de la empresa, por ello, internacionalmente para los perfiles de Oficiales de Cumplimiento se buscan a profesionales con carreras acordes al rubro de la empresa y con experiencia previa que le permita entender el negocio e identificar los riesgos del mismo.

Finalmente, es oportuno que veamos el compliance como una ventaja competitiva. El identificar los riesgos, nos permite poder convertirlos en oportunidades de mejora para nuestra organización volviéndola más confiable y segura. Las empresas extranjeras y sobre todo aquellas constituidas en países donde la cultura del compliance se encuentra bastante desarrollada, se encuentran en la obligación de llevar a cabo una debida diligencia a sus socios estratégicos en la búsqueda de que estos cumplan al menos con los requerimientos mínimos exigidos por las entidades reguladoras de sus países en materia de compliance, reduciendo los riesgos a los que alguna de sus empresa pudiera estar expuesta al tener relaciones comerciales con empresas de países extranjeros, y que la omisión de normativas aplicables a estos no transfiera riesgos y responsabilidades a sus empresas.

El Salvador cuenta con la ventaja de su posición geográfica donde nuestras empresas pueden convertirse en los socios estratégicos que las grandes corporaciones buscan, tener una cultura de compliance y programas eficientes nos darán esa ventaja frente a nuestros competidores regionales, nos permitirán crecer como empresas y poder estar preparados para las exigencias de los negocios globales.

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