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Delitos Informáticos y Entorno Digital; el dilema entre el avance tecnológico y la protección de los ciudadanos
ROLANDO RAMÍREZ ECHEGOYÉN – Maestro en Derecho de Empresas, con estudios en Cibercriminalidad, Derecho de las TICs y Propiedad Intelectual.
La era digital es catalogada como una época de avances tecnológicos en la industria, comercio y en general, en el sector privado y público. Por otra parte, la llamada era de la información significa que en tiempo real accedemos a lo que comparten millones de usuarios en plataformas como Twitter, Facebook, Instagram, etc.
Ahora bien, este avance ha supuesto riesgos y perjuicios en dos ámbitos importantes, por un lado, lo relativo a la protección de datos y por otro, los delitos informáticos; con lo cual las sociedades se enfrentan a un continuo dilema entre no quedarse rezagadas en la actualidad tecnológica y proteger a sus ciudadanos frente a esa misma ola de progresos, especialmente en los ámbitos apuntados.
En relación a los delitos informáticos debe decirse que todo proceso penal tiene por objeto la determinación del binomio de existencia del hecho ilícito y participación de los señalados; para el caso de los delitos informáticos, la dificultad radica en la identificación de los partícipes, quienes se escudan en la anonimidad para la comisión del delito.
En El Salvador, tanto la proliferación de internet como los demás avances tecnológicos, han coadyuvado al desarrollo de nuevos modus operandi en la comisión de actividades criminales que tienen como medio o fin el aspecto informático; cometiéndose delitos como amenazas, estafas informáticas, violación a derechos de autor, robo de identidad, acceso indebido a medios informáticos, entre otras.
Las instituciones del sistema jurídico penal, Jueces, Fiscalía General de la Republica, Policía Nacional Civil, entre otras, se enfrentan a un reto que se vislumbra como trascendental en el desarrollo del país, como es la investigación, identificación y eventual condena de los autores de los delitos informáticos en proporciones que permitan que el avance tecnológico se desarrolle en ámbitos seguros y controlados, donde la población tenga la confianza en realizar trámites públicos, acuerdos comerciales, almacenar información en formato digital, crear contenido digital: videojuegos, apps, páginas web, entre otros.
La era digital y especialmente el Internet de las Cosas (Internet of Things) impone un gran reto en cuanto a la prevención y combate de delitos informáticos, pues estos no se limitan a la afectación de personas naturales, sino que también trascienden a empresas, entidades bancarias, instituciones públicas, entre otros; cuyos activos no son únicamente dinero sino además, la información que contiene datos esenciales como planes de expansión, nuevos productos, servicios, planes de gobierno, datos militares, policiales, entre otros.
Con todo lo anterior se denota que eventualmente como país se deberá abordar la discusión en buscar el equilibrio entre el avance tecnológico y los riesgos que ello conlleva a fin de fijar los limites o controles del primero.