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Creando los cimientos para tu emprendimiento – Edición #87
Por: Raúl García, asociado de la firma Benjamín Valdez.
Cuando iniciamos un emprendimiento nos emocionamos, prospectamos clientes, salimos a vender y tomamos toda esa “vibra positiva” para crear empatía con nuestro público objetivo con un solo fin: lograr una venta más. Muchas veces no le damos mayor importancia a construir los cimientos que permitan que nuestro proyecto pueda dar el siguiente paso, ya que lo primordial y urgente es realizar las ventas, porque sin ventas no hay emprendimiento.
En base al Informe Nacional sobre el Emprendimiento en El Salvador, del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), y mi experiencia en un centro de emprendimiento de una universidad local, la mayoría del emprendimiento local tiene como finalidad crear un ingreso complementario o de subsistencia a sus propietarios, sin mayores expectativas de crecimiento.Son mucho menos los emprendimientos de alto impacto.
Sin embargo, nuestro país necesita de los emprendedores, ya que ellos son el dinamizador que permitirá a nuestra economía desarrollarse. Para lograr este efecto catalizador, debemos cambiar el pensamiento de los emprendedores, que logren ver en sus empresas más allá de un simple medio para complementar el salario o subsistir. Más aún, para superar el valle de la muerte de los emprendimientos. Y lograr tener este crecimiento constante y estable, es necesario crear cimientos firmes.
Mientras conversaba con los emprendedores del centro, era cada vez más notoria la falta de percepción que un cimiento fundamental es el aspecto legal de sus emprendimientos.
Esto se reflejaba en la poca planeación y asesoría legal con la que contaban, que a su vez les permitiera conservar la sinergia en sus relaciones con clientes, socios e inversionistas, así como proveerlas herramientas para acceder a los beneficios del mercado formal.
Muchos emprendedores del centro consideraban que sus necesidades legales se limitaban a la elaboración de contratos, percibida como la cosa “más básica”, que en la era digital significa descargar un modelo del internet, y listo. Lamentablemente, esto no es así.
En la práctica, los contratos regulan las obligaciones y derechos que tienen las partes en determinada relación comercial, por lo que cada contrato debería ser único y elaborado a la medida del negocio a realizarse. Es en la negociación del contrato, que el emprendedor puede definir todos aquellos puntos relevantes que le permitan obtener el mayor crecimiento y sostenibilidad para su negocio.
La asesoría legal no es solo para temas contractuales, en cada etapa de la vida de nuestro emprendimiento es necesario que podamos contar con asesoría especializada.
Por ejemplo, cuando buscamos formalizar nuestro emprendimiento, comunmente buscamos constituir una sociedad. Sin embargo, puede ser que nos convenga más la figura de “unión de personas”, que permite a los empresarios obtener calidad de contribuyentes y expedir documentos tributarios como facturas y comprobantes de crédito fiscal.
Igualmente, cuando establecemos nuestro pacto social, es importante contar con un asesor legal, ya que él hará el documento que definirá y regulará la relación con nuestros socios e inversionistas. Este será el primer paso para definir relaciones contractuales que impactarán futuras rondas de financiamiento, y será fundamental para minimizar la dilusión de la participación accionaria del emprendedor fundador. El acompañamiento de un buen abogado también inspira confianza y facilita la atracción de inversionistas.
Muchas veces también, los emprendedores obviamos el resguardo de nuestra propiedad intelectual la cual hace referencia a los derechos exclusivos otorgados por el Estado sobre las creaciones del intelecto humano, como marcas, diseños industriales y derechos de autor. Para evitar perder esta ventaja sobre nuestros competidores, y monetizar el éxito de nuesta empresa, es necesario que un abogado nos apoye a reconocer el mejor mecanismo para su inscripción y protección.
La asesoría legal correcta también nos encamina a cumplir con el marco regulatorio establecido por el estado. En muchos casos olvidamos que debemos registrar nuestro negocio en la alcaldía; o que dependiendo del tamaño, debemos cumplir con obligaciones laborales y tributarias; o verificar si mi emprendimiento requiere de permisos especiales. Cada emprendimiento es distinto y tiene necesidades legales distintas que no se limitan únicamente a la elaboración de contratos.
En fin, para emprender, no nos basta con elaborar nuestro modelo de negocio (este solo es el primer paso). Nuestro emprendimiento requiere de una planeación holística que nos permita verificar qué acción realizar y en qué momento. Cuál es el objetivo, y qué resultado esperar. El componente legal en la planeación de un emprendimiento, es un aspecto fundamental que nos permitirá alcanzar estos objetivos de forma más expedita y segura, evitando realizar acciones aisladas que en lugar de abonar a esta consecución, sean detrimentales. Como dicen, la planeación nos permite obtener el 80% de resultados con el 20% de esfuerzo.
Para que cualquier emprendimiento puede desarrollarse, es necesario contar con el auxilio de expertos y definir la ruta a seguir por medio de la planeación dentro de un marco legal. Esto permitirá enfocarnos en lo que realmente importa: vender.