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Conversando con Alexandra de Sola sobre empoderamiento femenino

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Entrevista a Alexandra Araujo de Sola, vicepresidenta de Voces Vitales y Alecar. Emprendedora y directora de empresas familiares. Ella nos habla sobre el empoderamiento económico femenino, la paridad de género y cómo podemos ayudar a mejorar estos aspectos en el país.

 

¿Cómo está el empoderamiento económico de la mujer en El Salvador?

Ese es un tema que apasiona muchísimo y por ende me he educado en el tema y creo que es importante tomar datos del Foro Económico Mundial del 2017 y el Mackenzie Engagement Report.

El estudio utiliza cuatro ejes salud y vida, educación, empoderamiento económico y participación política; en el índice de paridad, si tú tienes un beneficio por ser hombre o mujer en salud y vida, en El Salvador estamos a un 96%., eso implica que tenemos un trato igual de bueno o malo para todos.

Al hablar sobre educación hemos mejorado muchísimo, el 54% de las personas que se están graduando de universidades son mujeres. En El Salvador casi se ha logrado en el eje de salud y educación una cierta paridad, pero en la parte económica hay un retroceso y en la participación política estamos lejos, estamos estancados.
En el 2016 se estimaba que faltaba 70 años para lograr paridad económica, pero en el 2017 el número subió a 110 años. Y no basta con solo contratar mujeres, se debe analizar el salario de esas mujeres, la posibilidad de crecimiento de las mujeres y cuáles son los factores de decisión de esas mujeres.

En esta nueva Asamblea Legislativa son 26 diputadas, una menos que la legislatura anterior, y así sucede en diferentes sectores del país. ¿A qué se deberá esta situación donde la paridad de género está bien marcada?

Esta pregunta tiene dos vertientes. Si le preguntas a un empresario o a un partido político si ellos consideran que la participación femenina es importante, la respuesta es sí, pero si les preguntas si están dispuestos a cambiar reglas y adaptarte para mejorar la participación femenina, la respuesta es más vaga. De esta manera, la participación activa en donde los cambios se generan ya caen en niveles más bajos de prioridad. La respuesta de todos es sí. Lo importante es preguntar por los cambios que están dispuestos a realizar.

¿Cómo busca empoderar Voces Vitales a las mujeres salvadoreñas?

Voces Vitales, es una organización mundial. Estamos en 144 países y nosotros nos enfocamos en el empoderamiento económico de la mujer. Si la mujer tiene una independencia económica puede crecer, incidir en política y puede proteger sus derechos.

El empoderamiento económico permite que la mujer tenga control sobre su persona y su familia, por eso nos enfocamos en el empoderamiento económico ¿cómo lo hacemos? Tenemos dos eventos en el año, el primero “Crece mujer” que lo usamos para sensibilizar y educar a corporaciones salvadoreños, el gobierno y hasta a la población sobre cuál es la situación actual de la situación laboral de la mujer en el país, a la vez nosotros nos enfocamos en ser mentores de las mujeres, en especial si los mentores son mujeres.

A las mujeres que quieren ser empresarias, ¿qué consejo les puede dar?

Que el reto más grande de toda mujer es superar la culpabilidad que se tiene al conseguir el balance entre la vida y el trabajo, porque siente culpabilidad porque cuando tenés dos responsabilidades y tu responsabilidad principal es la familia, es bien difícil tener que poner pausa para cumplir otras responsabilidades.

Primero es necesario reconocer que existen problemas y diferencias, a mí no me gusta hablar de feminismo, porque eso trae tabús negativos. Yo me considero una humanista, la pregunta es ¿cómo empezamos a ver a hombres y mujeres en El Salvador con la misma importancia, aunque tengan necesidades diferentes? Si nosotros continuamos dejando a la mujer afuera de la participación económica en el país dejaríamos de crecer.

¿Qué acciones deben tomar las mujeres para hacerse notar en los distintos ámbitos?

Yo creo que de los temores más grandes que tiene la mujer es arriesgarse. La valentía es un valor que se adquiere, nadie nace siendo valiente.

El tipo de educación ha influenciado en que los hombres puedan tomar riesgos, mientras que a las mujeres se les educa de una forma contraria.

Lo primero que yo le digo a las mujeres es practicar ser valientes todos los días y ese es el mejor ejemplo que le puede dar a las mujeres de su alrededor. Debemos dejar de decirle a las niñas que tengan miedo, que tengan cuidado, propiciemos que siga intentando aunque fallen. En segundo lugar, es importante saber que nadie logra nada solo, busca ayuda en todo sentido, en el trabajo, en la casa.
En su vida profesional, ¿Cuál ha sido el reto más grande que ha enfrentado?

Desde el punto de vista de género, lo más difícil ha sido tener que cambiar el chip. Enfrentarte a lo que se te ha enseñado desde pequeña, muchas veces es necesario reeducarnos para enfrentar los temores que se nos han impuesto.

El pensar diferente es necesario para ver desde otro enfoque el tema del empoderamiento económico y participación. Vencer los fantasmas de tradición en mi cabeza es un reto grande, el segundo es la culpabilidad, quitarse esa vocecita que nos cuestiona si somos una buena madres, esposa o trabajadora; quitarnos ese pensamiento de servilismo en todo ámbito.

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