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Contrato de franquicia tendencias y recomendaciones
Escrito por: Carlos Quintanilla Arriaza | Socio ECIJA
La Asociación Internacional de Franquicias (IFA) define a la franquicia comercial como un método para la comercialización de productos o servicios. La franquicia es una relación contractual entre un franquiciador y un franquiciado, en la cual el primero ofrece mantener un interés continuo en el negocio del concesionario, utilizando técnicas y métodos que le son transferidos a su propia organización empresarial, que funciona bajo su responsabilidad y riesgo, pero que es permanentemente supervisada por el dueño.
El contrato de Franquicia (franchising) es una modalidad de concesión comercial de origen norteamericano y en creciente auge. Se define como el contrato por el que una empresa llamada franquiciadora cede a otra denominada como “franquiciado” el derecho de explotación de un sistema de negocio propio de comercialización de productos o servicios.
Es un pacto de exclusividad y con el derecho y la obligación del franquiciado (franchisee) de utilizar los signos distintivos y las técnicas comerciales del franquiciador (franchisor), quien le prestará a ese fin la correspondiente asistencia técnica y lo supervisará, percibiendo por ella una compensación económica.
El Franquiciador (franchisor) asume las siguientes obligaciones:
- Permitir al franquiciado el uso de sus signos distintivos.
- Prestarle la asistencia técnica precisa para que utilice su sistema de comercialización, mediante distintos sistemas del know how.
- Suministrar todos los productos o elementos empleados para la prestación de los servicios que el contrato se refiera.
- Mantener una estructura de publicidad y promoción de los productos o servicios amparados.
- Supervisar y controlar la correcta observancia de las técnicas comerciales, para velar por la uniformidad y calidad ya que el franquiciado se integra a la red de comercialización y negocio del franquiciador que tiene un interés en la correcta observancia de sus técnicas comerciales y el mantenimiento de un determinado nivel de calidad.
A su vez, el franquiciado (franchisee) suele asumir las siguientes obligaciones:
- Pagar al franquiciador la correspondiente compensación económica que consiste en una cantidad inicial o derecho de entrada (Franchise Fee) más una cantidad periódica por las ventas.
- Aplicar los sistemas de comercialización del franquiciado y respetar su imagen.
- Disponer de “stock” de los productos y observar los precios del franquiciador.
- Suministrar información de ventas y del mercado.
- Obtiene mejores precios de compra en razón al volumen del suministro y contribuye a disminuir costos
- Respetar los pactos de exclusividad de productos.
La franquicia permite a los negocios una expansión con rapidez a través de la utilización de dinero de los franquiciatarios. Asimismo, ofrece la oportunidad de aumentar la imagen de la empresa aumentando el valor de la marca. El contrato de Franquicia confiere al franquiciado el derecho de explotación de los servicios o productos de la marca; así como también de la exclusividad sobre esta.
Estos contratos, generalmente, tienen un proyecto con un plan definido de crecimiento de territorio y buscan capacitar a los franquiciatarios y sus empleados para mantener a todo el personal motivado y estimulado a fin de tener competitividad.
Lo primero que se necesita es un Contrato de Franquicia muy bueno y hecho a la medida orientado a que ambas partes logren sus objetivos, estableciendo sus derechos y, principalmente, sus obligaciones, con reglas claras para evitar futuros litigios o conflictos. Es importante para este contrato definir el territorio o la zona geográfica en que se tendrá la franquicia de forma exclusiva.
Los secretos industriales y confidencialidad obligan al franquiciado a guardar los conocimientos y sistemas adquiridos del franquiciador; generalmente, se incluyen cláusulas de no competencia durante la vigencia del contrato así como durante cierto tiempo después de terminada la relación contractual.
El contrato de franquicia va generalmente acompañado de un Manual de Marca y Manual de Operaciones. Estos son los documentos que permiten al franquiciatario disponer de toda la información detallando las actividades administrativas y financieras, las operaciones, el control de personal, la medición de resultados y demás. Posteriormente, el contrato establece la apertura de la Franquicia regulando criterios de ubicación, orientación y diseño de la tienda; de preparación de material de publicidad y de promoción del negocio; y, sobre todo, la capacitación y evaluación del personal con base en una calendarización.
Estos contratos también establecen las cuotas (Franchise Fee) o cuota inicial y las regalías (royalties) que son los pagos por las ventas. Además, en ellos se desglosa el listado de proveedores y de insumos y el proceso de compra y adquisición; los informes financieros y de gestión para llevar los libros contables los cuales podrán ser inspeccionados y revisados; las estrategias de campaña y publicidad; las causales de terminación en caso de incumplimiento por alguna de las partes estableciendo un procedimiento para aplicar sanciones.
En caso de litigios, se deberá definir la ley que regirá el contrato y si las partes se someterán en caso de controversia o litigio a los tribunales locales o por el contrario se someterán a arbitraje. En este punto se deberá formular una cláusula arbitral muy bien elaborada eligiendo la sede del arbitraje y su ley aplicable, procurando siempre elegir una jurisdicción amigable.
El elemento nuclear u objeto central del contrato de Franquicia es la licencia de la marca; sin embargo, no es posible subsumir este contrato con el de licencia, pues va más allá de conceder el uso de signos distintivos, ya que el franquiciante transmite una idea y un conocimiento de cómo gestionar una empresa.
Bajo esas premisas es viable que puedan existir franquicias que no involucren la licencia de una marca, como aquellas en que el objeto del contrato es la distribución y el franquiciado no ha sido facultado para ejercer la explotación sobre el signo marcario ajeno. Solo para las modalidades de franquicia en que está presente una licencia de marca, tendrá sentido jurídico que el contrato sea regido por las disposiciones normativas establecidas en la licencia de uso, tal y como dispone el Art. 36 de la Ley de Marcas y Otros Signos Distintivos, no así para aquellas cuyo elemento tipificante es distinto al de la licencia de la marca y, por ende, se encuentran carentes de ella.
En El Salvador la naturaleza de este contrato es atípica por la carencia de regulación que prevea los requisitos que deberá revestir. Cuando el objeto en cuestión sea este tipo de contrato deberá atenderse al contrato de licencia de uso o en su caso a la voluntad de las partes puesto que no es solamente la explotación de la marca.