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CEPAL Y OXFAM presentan informe sobre la baja recaudación de impuestos en AL

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La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) junto a la organización internacional Oxfam El Salvador presentaron el informe “Tributación para un crecimiento inclusivo”.

El estudio alerta sobre la recaudación de impuestos en América latina, y considera que es demasiado baja. Por ende, la mayoría de países no recauda lo suficiente para suplir las necesidades mínimas de la población en materia de educación, salud pública y protección social.

Para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible se necesita una recaudación tributaria como mínimo del 20 por ciento sobre el Producto Interno Bruto (PIB). En nuestro país, la recaudación tributaria representa el 15 por ciento del PIB, mientras que en América Latina y el Caribe el promedio es del 20.6 por ciento.

El estrato de mayores ingresos que algunos países pagan en concepto de tasa efectiva de impuesto sobre la renta es entre 1 y el 3 por ciento de su ingreso bruto, mientras que en otros países es del 10 por ciento. En El Salvador es alrededor del 5 por ciento, en Estados Unidos para el 10 por ciento más rico es del 14.2 por ciento y en algunos países europeos incluso excede el 20 por ciento.

Dicho informe indica que el sistema fiscal de la región favorece la recaudación de impuestos al consumo, como el IVA. Esto pone en desventaja a las personas con menores ingresos frente a los más ricos y grandes empresas.

Las fortunas de los multimillonarios en América Latina crecieron un promedio de 21 por ciento anual, entre 2002 y 2015. Aumento superior seis veces superior al PIB de la región. A nivel mundial, la inversión hacia paraísos fiscales se multiplicó por cuatro en los últimos 15 años. Gran cantidad de esta riqueza se mantiene exenta del pago de impuestos o en paraísos fiscales.

El estudio determinó que la evasión de impuestos sobre la renta personal, corporativa y del IVA le cuesta América Latina y el Caribe más de 320 mil millones de dólares al año. Esta cantidad representa el 6.3 por ciento del PIB. Debido a esto los países de la región pierden más del 50 por ciento de sus ingresos por impuestos potenciales sobre la renta. Muchos de estos recursos van a paraísos fiscales a esconder grandes cantidades de capital que deberían invertirse en mejorar la calidad de vida de la población.

Bajos niveles de recaudación tributaria en América Latina  

El estudio mostró que en América Latina,  la recaudación tributaria ha mejorado a lo largo de la última década debido a un fuerte crecimiento económico y a las medidas políticas que se han practicado.

Entre 2000 y 2013, la tasa impositiva media subió 16,0 por ciento del PIB al 20.6 en la región. Aún, esta cifra sigue siendo menor al promedio de los países miembros de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) que es del 34.1 por ciento del PIB EN 2013.

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Según las estimaciones de la investigación, los gobiernos otorgan un trato favorable a las multinacionales en materia de impuestos que hacen por medio de reducciones muy generosas de las tasas de impuesto de sociedades. La carga impositiva para las empresas nacionales equivale al doble de carga efectiva soportada por las compañías multinacionales.

Según cálculos de Oxfam, en los últimos cinco años, en El Salvador se han multiplicado por cuatro la inversión corporativa que desde el país se ha dirigido hacia paraísos fiscales.

La gran apertura económica que ha tenido el país de la inversión extrajera ha traído también un mayor riesgo de evasión y elusión fiscal en las prácticas de planificación fiscal agresiva de empresas nacionales y multinacionales.

Aunque Argentina, Bolivia, Brasil y Uruguay se acercan a la recaudación tributaria media de la OCDE en relación con el PIB, la mayoría de los países de la región apenas alcanzan el nivel mínimo del 20 por ciento que sería necesario para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Varios países están debajo de este umbral.

Según la investigación, la presión tributaria es más en América Latina por el bajo papel limitado de los impuestos directos, ya que los impuestos indirectos como el Impuesto sobre el Valor Agregado (IVA) constituyen el pilar principal de la estructura tributaria.

Los regímenes tributarios apenas han nivelado la distribución  de ingresos

“El fortalecimiento de los ingresos por IVA en la región durante las últimas décadas refleja ante todo su ampliación para abarcar los servicios intermedios y finales (inicialmente el impuesto gravaba de manera casi exclusiva los bienes físicos y algunos servicios al consumidor final), además de un incremento progresivo de la tasa en casi todos los países de la región desde los ochenta. Entre 2000 y 2014, la recaudación por IVA siguió aumentando y la cifra de ingresos obtenidos a través de impuestos generales sobre bienes y servicios como proporción del PIB en América Latina ha llegado a ser similar a la de la OCDE (CEPAL, 2013).

Es probable que los cambios introducidos a través de los años en los regímenes tributarios hayan provocado que, en la mayoría de los países latinoamericanos, estos regímenes sean menos progresistas que anteriormente. Como indica Tanzi (2014), cuando no se suben los impuestos de manera progresiva sino proporcionalmente por medio de los impuestos indirectos, las personas que se encuentran en el nivel inferior de la distribución de ingresos experimentan un aumento tributario que puede resultar muy doloroso e incluso podría perjudicar su nivel de vida. El aumento del IVA hace que se incremente todavía más la pobreza de las clases más pobres.

En muchos países, el régimen tributario durante la última década ha sido de tipo regresivo, ya que el peso de los impuestos indirectos (que son altamente regresivos) no se compensa con la progresividad de los impuestos directos, que no generan suficientes ingresos fiscales como para tener un impacto importante en la redistribución”, cita dicho documento.

Uno de los principales factores que implica la brecha de recaudación tributaria entre América Latina y la OCDE es el aporte relativamente menor del impuesto sobre la renta de las personas físicas en la región.

Si bien la carga del impuesto a las empresas en América Latina se compara favorablemente con la de la OCDE, en concepto de impuesto sobre la renta de las personas físicas los países de América Latina recaudan menos de una quinta parte del promedio recaudado en los países de la OCDE, medido como porcentaje del PIB (véase el gráfico 2). Este pobre desempeño podría deberse en parte a la elusión de impuestos a gran escala, además de a las deficiencias estructurales del código tributario.

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La evasión fiscal es un desafío para el fortalecimiento del impuesto de las personas físicas y empresas

Varios estudios han demostrado que los países de América Latina pierden más del 50% de sus ingresos por impuestos sobre la renta de las personas físicas (un 32,6% en el Perú, un 36,3% en El Salvador, un 38,0% en México, un 46,0% en Chile, un 49,7% en la Argentina, un 58,1% en el Ecuador y un 69,9% en Guatemala) (Gómez Sabaini, Jiménez y Podestá, 2010). Por un lado, estos resultados reflejan el elevado nivel de informalidad que caracteriza a las economías de América Latina. Sin embargo, también pueden estar vinculados a un alto nivel de desconfianza en las instituciones gubernamentales y a la ausencia generalizada de una “cultura tributaria”.

La CEPAL estima que la evasión del impuesto sobre la renta personal y corporativa y del impuesto sobre el valor agregado le costó a América Latina más de 320.000 millones de dólares (un 6,3% del PIB) en concepto de pérdidas de ingresos en 2013 (véase el gráfico 3). Para poner esa cifra en perspectiva, conviene señalar que, ese mismo año, el promedio de los gastos de capital incurridos por los gobiernos centrales de la región fue de un 4,5% del PIB, es decir, el nivel más alto desde 1990. Por tanto, el costo de la evasión fiscal en América Latina es significativamente mayor que el total del gasto público de inversión de la región.

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Las tasas de impuestos siguen siendo bajas y su impacto sobre la desigualdad de ingresos es limitado

Otro factor clave que explica la relativa debilidad de los ingresos por el impuesto sobre la renta de las personas físicas en la región es la existencia de numerosas deficiencias estructurales en el código tributario. Estas incluyen el uso generalizado de gastos tributarios, niveles relativamente altos de renta exenta y tasas impositivas marginales generalmente más bajas que en los países de la OCDE. Por consiguiente, el decil más alto de la distribución de ingresos en América Latina paga una tasa impositiva efectiva excepcionalmente baja en comparación con los países de Norteamérica y Europa (véase el gráfico 4). De los 16 países que se tomaron en cuenta, solo 3 (Argentina, México y el Uruguay) tienen tasas efectivas que exceden el 8% para el decil más alto y únicamente México alcanza el 10%. En comparación, en los Estados Unidos la tasa efectiva para el quintil más alto es del 14,2% y en algunos países europeos supera el 20%.

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La política fiscal aumenta desigualdad de género

Un número cada vez mayor de estudios sugiere que el régimen tributario de algunos países de la región contribuye al aumento de las desigualdades de género, al limitar la autonomía económica de la mujer y ampliar las brechas de desigualdad. Estos estudios también sugieren que las políticas tributarias se están volviendo más regresivas, costosas e ineficientes para la mujer en comparación con el hombre, tomando en cuenta las diferencias de sus patrones de consumo y de su ingreso al mercado laboral, los tipos de actividades económicas que suelen emprenden y la diferenciación de los roles de género impuesta por la división del tipo de trabajo según el género.

Conjuntamente con otros efectos, la política tributaria, en coordinación con políticas de gasto público y otras políticas, puede promover el papel de la mujer en el mercado de trabajo, mejorar la calidad de su empleo y proteger y fomentar el consumo de bienes y servicios que son cruciales para su desarrollo. Sin embargo, a pesar de todo el potencial que podría tener la política tributaria como herramienta política para enfrentar las desigualdades entre hombres y mujeres, sigue estando infrautilizada en la región y persisten omisiones importantes que parecen agravar las condiciones de desigualdad.

Oxfam y CEPAL piden a los gobiernos de América Latina y el Caribe que reequilibren los impuestos directos e indirectos, así de manera que los ricos sean los que paguen más. “Esto implica trasladar la carga de impuestos desde los trabajadores y el consumo, hacia el capital y la riqueza, gravando o aumentando las tasas de las transacciones financieras, los intereses, dividendos y ganancias de capital, los patrimonios y las herencias y revisando los incentivos que reciben las compañías multinacionales”, manifestó Ricardo Martner, jefe de la Unidad de Asuntos Fiscales de la División de Desarrollo Económico de la CEPAL.

En este foro público se realizó en el marco de acuerdo de cooperación para trabajar de manera conjunta en la promoción y construcción de un nuevo consenso contra la desigualdad. Dicho acuerdo incluye la planificación e implementación de acciones orientadas a fortalecer el consenso entre gobiernos y organizaciones sociales, para promover una agenda de políticas fiscales que aborden la desigualdad y la pobreza en todas sus formas estructurales.

Consulte el informe completo:

http://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/39949/1/S1600238_es.pdf

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