Economía
BID presenta libro sobre el impacto de la pandemia en los sistemas de pensiones en América Latina
«Repensar la jubilación» ofrece recomendaciones para mejorar la calidad de vida de las personas mayores
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) lanzó la publicación «Repensar la jubilación: los sistemas de pensiones en América Latina después de COVID-19». El libro examina el impacto de la pandemia en los mercados laborales y los sistemas de pensiones de la región y ofrece recomendaciones para formular políticas que mejoren la calidad de vida de las personas mayores.
La obra, fruto de la colaboración entre el BID y varios centros de investigación de la región, incluye estudios sobre los sistemas de pensiones de Argentina, Chile, El Salvador y Perú. Los hallazgos revelan que, aunque el impacto de la pandemia en los fondos de pensiones varió en profundidad y duración entre los países, algunos aún están en proceso de recuperación.
El informe detalla que, en términos generales, la pandemia afectó negativamente a los sistemas de pensiones tanto en la región como a nivel global, con variaciones según el tipo de sistema. En los sistemas de reparto, las prestaciones futuras de los trabajadores activos no se verían significativamente afectadas por la breve duración de la crisis. Sin embargo, los beneficios podrían cambiar para las personas cercanas a la jubilación que perdieron su empleo, ya que necesitarían completar los requisitos de aportes para obtener sus beneficios.
En los sistemas de cuenta individual, donde los afiliados asumen el riesgo del mercado de inversión, los saldos de pensiones se vieron afectados tanto por la falta de cotizaciones durante el desempleo como por la caída del mercado. A corto plazo, estos factores reducen los beneficios potenciales para los individuos cercanos a la jubilación.
El libro también destaca que las leyes que permitieron retiros anticipados de activos en varios países de la región impactaron fuertemente estos sistemas, dejando a algunos trabajadores con saldos cero. Esto podría presentar un desafío fiscal para los gobiernos, que podrían tener que garantizar una pensión mínima para estos trabajadores.
Además, se señala que muchos regímenes de pensiones no están completamente financiados y dependen de transferencias gubernamentales. Con los gobiernos saliendo de la crisis del COVID-19 altamente endeudados y con déficits fiscales, es probable que haya menos recursos disponibles para estas transferencias. Los países deberán considerar reformas fiscales y de pensiones, así como una posible indexación parcial de las prestaciones de jubilación para abordar estos desequilibrios.
El libro concluye que algunos países necesitan una reforma integral de sus sistemas de pensiones, centrada en la cobertura, adecuación de las prestaciones y sostenibilidad. Estas reformas deben ir más allá de soluciones parciales y de corto plazo, requiriendo un consenso político y económico para encontrar soluciones a largo plazo a las deficiencias de los sistemas de pensiones.