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El sistema bancario se suma a la fase de expansión de la economía salvadoreña – Especial Banca Salvadoreña
Por: Óscar Cabrera, presidente del Banco Central de Reserva de El Salvador.
La economía salvadoreña en 2018 creció 2.5% apoyado por los gastos de consumo interno (2.4%) e inversión productiva (6.8%). Desde 2015, se crece por encima del crecimiento potencial, es decir, la brecha de producto se ubica en terreno positivo. Otro factor que acompaña al crecimiento de la economía es la evolución del crédito bancario. El indicador de brecha de crédito a PIB (metodología de Basilea) compara la evolución de la ratio crédito/PIB respecto a su tendencia de largo plazo. El gráfico 1, muestra que el sistema bancario salvadoreño acompaña con una brecha de crédito a PIB positiva y muy por debajo de un límite prudencial del 2% que se podría considerar un sobrecalentamiento.
Algunos factores que explican una evolución favorable de ciclo expansivo del crédito están un conjunto de regulaciones orientadas a la reducción de la documentación exigida al otorgamiento de crédito productivo e incorporación del concepto de MYPES en la normativa, el desarrollo de los corresponsables financieros y el fortalecimiento de la transparencia en los servicios financieros bancarios.
El saldo de crédito del sistema bancario global (bancos, bancos cooperativos y sociedades de ahorro y crédito) creció 6.1% a diciembre de 2018 totalizando $13,828 millones que significa un incremento en saldo de créditos de $3,149 millones respecto diciembre de 2013 (Véase gráfico 2).
El crédito en los últimos cinco años creció 31% a empresas, 42% al consumo de hogares y 9% a vivienda (Gráfico 3).
En el saldo de la cartera de créditos a diciembre 2018 por sectores, se destaca los créditos a consumo con un saldo de $4,779 millones que representa un 35% del saldo de la cartera de créditos totales. El saldo otorgado al sector vivienda alcanzó $2,606 millones y representa un 19%. La cartera de crédito está concentrada en el sector hogares en un 54%. El sector comercio presentó un saldo de créditos de $1,829 millones con un peso del 14%, mientras el sector industria manufacturera representó un 10% del saldo de crédito total con $1,321 millones de dólares, entre otros sectores. El cuadro 1, resume la evolución en los últimos cinco años de los principales sectores económicos. El crédito al consumo creció un 42% seguido del 26% y 25% de incremento en los sectores industria manufacturera y comercio.
Cuadro 1. Saldo de la cartera de crédito del sistema bancario, Bancos cooperativos y Sociedades de ahorro y crédito. $ millones y crecimiento acumulado
El favorable clima de inversión apoyado por la certidumbre en las políticas regulatorias financieras ha dado lugar a la entrada de nuevos entrantes al mercado bancario, aumentando la competencia medida por el índice de concentración Herfindal-Hirschman (HHI) de los activos totales. Entre 2009 a 2013, el HHI alcanzó un valor de 1,512 puntos (mercado moderadamente concentrado) y en el período 2014-2018 se redujo hasta 1,268 puntos (mercado no concentrado) (Véase gráfico 5).
Dentro de las variables de la gestión financiera sobresalen los depósitos. A diciembre de 2018, estos son la principal fuente de fondeo del sistema bancario global con un 81.1% de participación de las fuentes de fondeo total, seguido del financiamiento externo con un 11.2%, los títulos de emisión propia representan un 4.8% y el financiamiento interno con un 3.9% (Véase gráfico 6).
Los depósitos han alcanzado a diciembre de 2018 $13,137 millones, con una tasa de crecimiento de 5.8% como se muestra en el gráfico 7, con un incremento en el saldo de los depósitos en los últimos cinco años de $2,812 millones. Durante los años 2017 y 2018, los depósitos crecieron a tasas del 10.4% y 5.8% explicado por un incremento en el flujo de remesas familiares que ante el endurecimiento de las políticas migratorias en los Estados Unidos de América trasladaron una parte de sus ahorros al sistema bancario salvadoreño.
El incremento de los depósitos entre 2013 y 2018 fue un 57% por instituciones financieras y otros, seguido de un 27% de incremento por los hogares y un 26% de incremento por las empresas (Véase gráfico 8).
El sistema bancario global salvadoreño presenta elevados niveles de liquidez que significa que las entidades poseen suficientes recursos para cubrir sus obligaciones de corto plazo. En el gráfico 9 se destaca que la reserva de liquidez requerida por motivos prudenciales a diciembre de 2018 fue de $2,893 millones y la reserva de liquidez promedio efectiva a esa fecha fue de $3,174 millones, con una reserva excedente de $281 millones. El ratio de disponibilidades más las inversiones financieras entre los pasivos totales para la región centroamericana, nos confirman que la liquidez del sistema bancario salvadoreño presenta una ratio de 52.7% por encima de la media (40%) de la región centroamericana (Véase gráfico 10).
La cartera de inversiones del sistema bancario global (bancos, bancos cooperativos y sociedades de ahorro y crédito) a diciembre de 2018, ha presentado un crecimiento del 33.5% en los últimos cinco años, alcanzando $1,033 millones de dólares respecto a $774 millones en diciembre de 2013. La estructura de la cartera de inversiones a diciembre 2018 presenta un 50.4% de inversiones en Letras de Tesoro (LETES), seguido de otros títulos públicos con 21.2% y títulos del Banco Central de Reserva con 4.7%, en suma, un 76.3% en títulos del Estado.
El vencimiento de la cartera para el sistema bancario muestra en el gráfico 12 una reducción entre diciembre 2014 a diciembre 2018 desde 2.36% a 1.90%; los bancos cooperativos una reducción desde 1.81% en diciembre de 2014 a 1.30% en diciembre de 2018. La disminución más fuerte se ubica en las sociedades de ahorro y crédito, desde 4.42% en diciembre 2014 a 3.09% en diciembre de 2018., debido principalmente a la reciente introducción de una entidad a ese mercado y a procesos de saneamientos realizados por estas entidades.
La solvencia del sistema bancario (fondo patrimonial entre activos ponderados por riesgo) por segmentos de entidades nos muestra una disminución entre diciembre 2013 a diciembre 2018. En el submercado bancario, la solvencia se redujo desde 17.3% a 16.1% en ese período. Los bancos cooperativos muestran una reducción en la solvencia desde 23.1% en diciembre de 2013 a 21.2% en diciembre de 2018. Las sociedades de ahorro y crédito presentan en el mismo período similar tendencia, de 21.2% a 19.3%. El factor que explica la reducción en la solvencia es el crecimiento del crédito.
Sin embargo, si se compara el sistema bancario salvadoreño respecto a la región centroamericana, éste mantiene su coeficiente de solvencia por encima del resto de países de la región.
La eficiencia de la industria bancaria global la aproximamos por la ratio de los gastos de operación entre activos promedio como muestra el gráfico 15. El sub-mercado de bancos ha mejorado levemente la eficiencia entre 2014 a 2018, de 3.78% a 3.71%; de la misma manera, los bancos cooperativos desde 4.55% a 4.46%. Mientras, las sociedades de ahorro y crédito reflejan altos niveles de gastos de operación/activos promedio (pasando de 11.15% a 12.07% en el mismo período), explicado por la entrada al mercado de dos nuevas entidades que no han alcanzado su punto de equilibrio. A escala regional, el gráfico 16 muestra los gastos administrativos entre activos promedio, nos posiciona en el segundo bloque junto a Costa Rica (3.0%), Guatemala (3.2%) y El Salvador (3.5%), mientras Panamá presenta la mejor eficiencia (1.5%) en 2018 para la región.
Los indicadores de eficiencia, solvencia, fuentes de fondeo y el uso de los recursos se manifiesta en la evolución de la rentabilidad patrimonial en los últimos cinco años, así la rentabilidad bancaria en la banca disminuyó 9.5% a 7.4% entre 2014 a 2018, según el gráfico 17. Los bancos cooperativos presentan una reducción en la rentabilidad patrimonial de 11.1% a 10.2%, mientras las sociedades de ahorro y préstamo han presentado una evolución disímil desde 0.3% hasta 11.0%, donde dos entidades de reciente creación redujeron las utilidades del sector.
El gráfico 18 expone el ROE (utilidad bruta antes de impuestos/patrimonio) del sistema bancario salvadoreño, el cual ha venido descendiendo desde un 14.3 en 2014 a 10.9 al mes de octubre de 2018, una tendencia similar en todos los sistemas bancarios con excepción del sistema bancario de Panamá.
En resumen, el sistema bancario salvadoreño permanece sólido y estable, presentando en los últimos cinco años un fuerte crecimiento de los depósitos, principalmente el proveniente de hogares explicado por el aumento de remesas. El crecimiento de los depósitos ha favorecido el incremento del crédito, principalmente el destinado al consumo de los hogares, comercio e industria manufacturera.