Economía

Nuevo rumbo a la atracción de inversiones en el país

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Ayer la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades)desarrolló un foro sobre “¿Cómo reactivar las inversiones en El Salvador?”. La ponencia principal estuvo a cargo de los profesores de Estrategia y Competitividad del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE), Felipe Pérez y Niels Ketelhöhn.

«Por eso, a fin de motivar a la reflexión de todos los actores sobre la importancia de los retos y oportunidades, consideró que para favorecer el crecimiento económico, es necesaria la generación de empleos y mejorar la calidad de vida de los salvadoreños, es por eso que el país necesita concretar una estrategia de atracción de inversión extranjera directa.» Aseguró el presidente de Fusades, Miguel Ángel Simán.

Según el organismo, de 2010 a 2015, El Salvador “de manera preocupante”, disminuyó a 14.1 % del  Producto Interno Bruto (PIB) su tasa de inversión (pública y privada) promedio anual, ubicando al país en al menos 10 puntos por debajo del promedio de Centroamérica que es del 24.2 %.

La entidad recordó que si bien los países de la región centroamericana  comparten problemas y oportunidades similares, El Salvador se ha quedado  rezagado, y actualmente es el que menos inversión atrae.

Pedro Argumedo, del departamento de Estudios Económicos de Fusades, explicó que la propuesta es que la meta de inversión extranjera directa del país sea de $1,200 millones anuales.

Según el analista, con eso la tasa de inversión significaría el 18 % respecto al PIB, lo cual permitiría un crecimiento económico de más de 5% y posibilitaría generar 60,000 empleos formales cada año.

“El país tiene potencial de aumentar la inversión por arriba del 20 %. Tenemos que ver las áreas y elementos donde podemos crecer”, señaló el representante de Fusades.

Los expertos de INCAE coincidieron en que El Salvador necesita implementar una estrategia de atracción de inversiones que se enfoque en los sectores correctos, con potencial e identificados como estratégicos para la economía salvadoreña.

“Pensamos que no se puede competir en todos los sectores porque no en todos se tienen ventajas comparativas y competitivas; por lo tanto El Salvador debe ser más selectivo y ponerse en los zapatos del potencial inversionista, ver qué busca y qué es lo que necesita”, señaló Pérez.Además, añadió, que hacer cambios internos como mejorar la educación, la institucionalidad y atender factores como recursos naturales y medio ambiente- que influye en términos de la calidad de la producción y la salud pública-, contribuiría a elevar la competitividad del país.

La directora de Desarrollo Corporativo y Clima de Inversión de Costa Rica, Vanessa Gibson, que también participó en el foro, y señaló además la importancia de “estar en sintonía” para crear la estrategia  de atracción de inversiones.

“El dialogo es trascendental, es que todos estemos en la misma página. No tenemos que estar todos de acuerdo pero sí conscientes que el trabajo coordinado y el esfuerzo de las distintas partes hace potenciar las oportunidades del país”, detalló Gibson.

Desventajas y oportunidades

Para los representantes de INCAE, entre las principales desventajas en que se encuentra el país es que existen ciertas restricciones para hacer negocios , fuerza de trabajo inadecuadamente educada, alto nivel de delincuencia, polarización de la clase política que se evidencia también en ciclos electorales muy cortos, base de recursos naturales altamente depreciada y bajo estrés permanente y pérdida de capital humano .

Por su parte, Ketelhöhn indicó que El Salvador también tiene ventajas competitivas que lo destacan no solo de los países donde se originan las inversiones sino en comparación con el resto de la región.

El profesor de INCAE mencionó entre ellos el costo de mano de obra, la cercanía geográfica a Estados Unidos, el acceso al crédito e incentivos fiscales a inversionistas extranjeros.

Además aseguró que El Salvador es competitivo en Centroamérica en áreas como logística aérea, ya que cuenta  con el mejor aeropuerto después de Panamá, el bajo costo de la energía la cual es la segunda más barata después de Guatemala y la productividad de mano de obra.  “Son ventajas que no se pueden descuidar”, dijo el experto.

El presidente de Fusades también consideró que “pese al entorno complicado”  existen otros factores positivos como el espíritu emprendedor de los salvadoreños,  un sistema financiero privado que cuenta con una banca global sólida y saludable, una sociedad civil más consciente y organizada; países amigos que comparten buenas prácticas, uso de tecnología y programas de cooperación financiera y por supuesto el interés de empresas nacionales e internacionales ya establecidas en El Salvador que con acceso a recursos “están listas a invertir con ímpetu en la medida que se respete el Estado de derecho y mejore la certidumbre jurídica”.

Al respecto, Edwin Escobar,   representante de la empresa American Park, señaló que hace falta trabajar en la predictibilidad de las reglas de juego, aduanas eficientes en infraestructura y procesos, se faciliten los negocios agilizando los permisos y haya diferenciación y valor agregado en la productividad.

Aseguró que la compañía textil lleva 18 meses esperando invertir cerca de $85 millones que generarían cerca de 15,000 empleos en el rubro.

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