Economía
Moody’s mantiene la calificación de riesgo, pero con perspectivas negativas
La agencia calificadora de riesgo, Moody’s Investors Service, («Moody’s»), ha confirmado que las calificaciones de emisor a largo plazo y senior no garantizado del Gobierno de El Salvador se mantendrán en B3. Sin embargo, Moody’s también cambió la perspectiva a negativa.
Moody’s explica que si bien las condiciones de financiamiento seguirán siendo muy estrictas tanto en el mercado interno como en el externo este año y el próximo, se espera que el gobierno comience a consolidar sus finanzas en la segunda mitad de este año, lo que facilitaría el acceso al financiamiento de deuda multilateral para cubrir la mayor parte de su financiamiento para este año, reduciendo la probabilidad de un evento crediticio en los próximos dos años.
La perspectiva negativa hace referencia a los riesgos crediticios asociados con los riesgos de implementación de sus próximos esfuerzos de ajuste fiscal, los altos riesgos de liquidez impulsados por las grandes necesidades brutas de financiamiento en 2021-23 y las preocupaciones persistentes sobre la sostenibilidad de la deuda a pesar de un ajuste fiscal esperado.
Aunque Moody’s cree que el gobierno comenzará a consolidar sus finanzas este año, es poco probable que la deuda se estabilice, superando el 90% del PIB, y se necesitará acceso al mercado en 2022, ya que un bono de $ 800 millones vence en enero de 2023.
Con base en el historial de la administración actual en gestión fiscal y el tamaño del ajuste requerido, Moody’s cree que será poco probable que el gobierno implemente el tipo de medidas de ingresos y gastos necesarios para estabilizar las métricas de deuda para 2023. Sin embargo, Moody’s considera que el gobierno comenzará los esfuerzos de consolidación fiscal este año, reduciendo el déficit fiscal durante un período de dos años a al menos el 6,5% del PIB en 2022 desde el 9,6% del PIB en 2020.
Moody’s concluye señalando que los riesgos de liquidez seguirán siendo altos en 2022 y 2023, ya que se espera que las necesidades de financiamiento bruto se mantengan entre el 16% y el 18% del PIB, incluso después de que la agencia de calificación pronostica un déficit primario más estrecho del 1,5% del PIB en ambos años desde el 2,6% del PIB en 2021, dada la continua dependencia de la deuda a corto plazo y una carga de intereses del 5% del PIB.