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La economía global entrará estable a un 2025 que presenta riesgos

César Addario Soljancic, vicepresidente de EXOR Estructuradores Financieros, nos ayuda a analizar sobre la economía global entrará estable a un 2025 que presenta riesgos

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El último informe sobre perspectivas económicas de la OCDE invita a reflexionar sobre los riesgos que enfrenta la economía mundial, que recién está volviendo a un escenario de política monetaria más relajada.

La economía global iniciará 2025 preparada para mantener un crecimiento estable, según el último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Esta entidad internacional, que agrupa a 38 países con economías avanzadas y emergentes, se dedica a promover políticas que mejoren el bienestar económico y social en el mundo. Su más reciente Economic Outlook presenta previsiones optimistas pero con matices de cautela.

El informe proyecta que el Producto Interno Bruto (PIB) global crecerá un 3.3 % en 2025, una ligera mejora frente al 3.2 % estimado para 2024. Este crecimiento, aunque modesto, refleja la resiliencia de las economías frente a los desafíos persistentes.

Uno de los puntos clave que destaca la OCDE es la disminución progresiva de la inflación. En las economías avanzadas, se espera que este indicador pase del 5.4 % en 2024 al 3.8 % en 2025, llegando al 3 % en 2026. Este descenso estará respaldado por la postura aún restrictiva de las políticas monetarias en la mayoría de los países, junto con una estabilización en los precios de las materias primas.

“La reducción de la inflación es una señal alentadora para la estabilidad económica global, pero los bancos centrales enfrentan el desafío de garantizar que las presiones inflacionarias subyacentes estén completamente controladas antes de relajar sus políticas. Así, ya vemos a un grupo importante de países que han bajado tasas, pero otros casos en las que parece ser que deberán aumentarlas, como sucede con Brasil”, señala César Addario Soljancic, vicepresidente de EXOR Estructuradores Financieros.

El informe de la OCDE destaca que casi el 50 % de las economías avanzadas y el 60 % de los mercados emergentes han logrado que la inflación regrese a los objetivos establecidos por sus bancos centrales, lo que refuerza las expectativas de estabilidad, ya que esto permitiría que mantengan una política monetaria relajada, tras años de tasas altas para combatir el incremento de los precios posterior a la pandemia de COVID-19.

El desempeño económico para 2025 será dispar entre las distintas regiones:

  • Estados Unidos: Impulsado por un mercado laboral sólido y un crecimiento en los ingresos reales, el PIB se expandirá un 2.8 %, aunque se desacelerará al 2.4 % en 2026.
  • Eurozona: La recuperación de los ingresos y el alivio en las tasas de interés permitirán un crecimiento moderado del 1.3 % en 2025 y del 1.5 % en 2026.
  • Japón: Aunque el crecimiento alcanzará un 1.5 % en 2025, se prevé una marcada desaceleración al 0.6 % en 2026 debido a factores demográficos y estructurales.
  • China: La segunda economía mundial continuará ralentizándose, con un crecimiento proyectado de 4.7 % en 2025 y 4.4 % en 2026, reflejando los desafíos internos y las restricciones regulatorias.

“La diversidad en las perspectivas regionales revelan la necesidad de soluciones específicas y bien calibradas. Mientras Estados Unidos lidera el crecimiento entre las economías avanzadas, regiones como Europa y Asia enfrentarán retos más complejos relacionados con el envejecimiento poblacional y las tensiones geopolíticas”, destaca Addario Soljancic.

A pesar de las proyecciones optimistas, el informe de la OCDE no deja de advertir sobre riesgos significativos. Por una parte, los conflictos en Oriente Medio y las tensiones comerciales podrían interrumpir mercados clave como el de la energía, afectando la confianza global.

Los altos niveles de endeudamiento en muchas economías limitan la capacidad de respuesta fiscal ante posibles crisis. “Para hacer frente a sus obligaciones, los países deben ser innovadores y estratégicos en cuanto a sus opciones de financiamiento”, explicó el VP de EXOR.

Otro punto a considerar y que tendrá fuerte infuencia en la economía mundial en este 2025 es la falta de trabajadores cualificados, exacerbada por el envejecimiento poblacional, representa un freno estructural al crecimiento a largo plazo, según advierte la OCDE.

“La economía global ha demostrado una resiliencia notable, pero no podemos ignorar los desafíos a largo plazo. La necesidad de reformas estructurales es más urgente que nunca,” advierte Addario Soljancic. Entre estas reformas, la OCDE enfatiza la importancia de fortalecer los sistemas educativos, fomentar la movilidad laboral y eliminar restricciones excesivas a la inversión empresarial.

Para los mercados financieros, 2025 se perfila como un año crucial. La OCDE proyecta que el comercio global crecerá un 3.6 % en 2024, una señal positiva tras años de contracción. Sin embargo, la incertidumbre sigue siendo alta.

“La clave estará en la diversificación de las inversiones y en la capacidad de adaptarse rápidamente a un entorno económico cambiante,” explica Addario Soljancic. “Los inversores deberán ser estratégicos, aprovechando oportunidades en mercados emergentes y sectores con alto potencial de crecimiento, como la tecnología y las energías renovables”, indicó.

Las perspectivas económicas globales ofrecen un equilibrio entre oportunidades y desafíos. La resiliencia mostrada hasta ahora es alentadora, pero será crucial implementar políticas bien calibradas y reformas estructurales para garantizar un crecimiento sostenible.

“Este 2025 será un año para consolidar estrategias y reforzar la confianza en los mercados internacionales, siempre manteniendo un enfoque informado y flexible”, concluye Soljancic.

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