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IA y el rol del abogado

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Escrito por: Iván Ortega Gurdían | Máster en Derecho Corporativo y Bancario | Docente Universitario | Socio Director, Gurdian & Asociados.

Hoy en día, la Inteligencia Artificial (IA) es un tema muy popular y se habla mucho sobre cómo esta tecnología está revolucionando diferentes ámbitos sociales y económicos; también se habla sobre los riesgos que esta puede traer a la humanidad, como lo podrían ser: el uso destructivo o la desinformación. 

Pero ¿qué es realmente la IA?, en este artículo les daré una visión básica de la IA, su evolución y los retos que enfrentamos en el gremio de abogados.

El Parlamento Europeo define la IA como la habilidad de una máquina de presentar las mismas capacidades que los seres humanos, como el razonamiento, el aprendizaje, la creatividad y la capacidad de planear. Así mismo, este mismo órgano de la Unión Europea plantea que la IA permite que los sistemas tecnológicos perciban su entorno, se relacionen con él, resuelvan problemas y actúen con un fin específico. La máquina recibe datos (ya preparados o recopilados a través de sus propios sensores), por ejemplo, una cámara, los procesa y responde a ellos.

Según fuentes de National Geographic, la IA tiene sus primeros indicios en el año 1921, cuando nace la idea de un robot, por el escritor Karek Apek quien acuña el término “robot”. Posteriormente en 1936 se crea el concepto de algoritmo; en 1941 aparece la primera computadora programable y completamente automática, considerándose el primer ordenador de la historia moderna.

Posteriormente, el informático John McCarthy utiliza por primera vez el término Inteligencia Artificial en el año 1956. Siguiendo el mismo hilo aparece en 1979 el “cart de Stanford”, vehículo que se convirtió en el primero en recorrer con éxito un espacio ocupado por obstáculos de forma autónoma. En 1996, la supercomputadora Deep Blue, creada por IBM, vence al campeón del mundo de ajedrez Gary Kasparov.

En el año 2012, Google crea un superordenador capaz de aprender a través de YouTube a identificar gatos, así como caras y cuerpos humanos y en 2014 un “bot” computacional llamado Eugene Goostman fue capaz de engañar a 30 de los 150 jueces haciéndoles creer que estaban hablando con un niño de trece años. Esto por señalar algunos datos relevantes en la historia, teniendo en cuenta que hasta el día de hoy el nivel de innovación es mucho más avanzado.

También vale mencionar que la IA ha sido inspirada por la ficción, donde grandes escritores y productores han creado escenarios inéditos, revolucionarios, asombrosos, de ensueños y de cierta manera ha sido el punto de partida para la creación de distintos tipos de inteligencia artificial que vemos hoy en día; por ejemplos programas de 1960 ambientados en 2060, donde los despertadores que hablan, casas inteligentes capaces de estar conectadas a un sólo dispositivo y solucionar la vida de su familia, videollamadas de trabajo y home office; ayudantes de servicio del hogar robotizados o servicios futuristas así como la comida a domicilio con ayuda de una pantalla.

Actualmente, la inteligencia artificial forma parte de nuestro día a día, al despertar cuando se le pide a algún asistente personal del mundo digital, que encienda la luz del cuarto, hasta al final del día, cuando alguno de ustedes le pide que les lea este artículo, mientras van manejando en la hora pico hacia sus hogares.

Por otro lado, más allá del asombro y las facilidades que esta nos pueda brindar, ha suscitado muchas preocupaciones sobre los posibles peligros que podrían surgir de su desarrollo descontrolado.

Una de las principales preocupaciones que genera la Inteligencia Artificial es la posible automatización masiva de empleos. A medida que los sistemas de IA se vuelven más sofisticados, existe la intranquilidad de que los robots y los algoritmos reemplacen a los trabajadores humanos en una amplia gama de industrias. 

Esto podría tener un impacto significativo en la economía, generando desempleo y desigualdad social. Además, la automatización masiva podría llevar a una dependencia excesiva de las máquinas, lo que nos pondría en una posición vulnerable si surgen fallas o errores en el sistema. 

¿Está en peligro nuestra profesión frente a la evolución acelerada de la IA?

En lo personal soy de la opinión que solo podrán salvarse quienes estén actualizados, capacitándose constantemente, quienes estén abiertos a los cambios y acepten que ser “de la vieja escuela” llevará su carrera profesional a su propio declive. Por lo tanto, hay que aceptar que estamos ante una inminente y mejorada revolución tecnológica y que luchar contra ello será una derrota anunciada.

¿podrá reemplazar la inteligencia artificial a los abogados?

La mayoría de las IA que tenemos son de un campo muy estrecho, capaces de tener un nivel de inteligencia muy alto en un campo muy específico. Por ejemplo, la máquina que le ganó al campeón mundial de ajedrez no podrá ganarle al campeón mundial chinese checkers, porque para eso se le deberá enseñar a hacerlo, no podrá hacerlo sola.

Por el contrario, la inteligencia humana no se limita al procesamiento de datos y a la capacidad de analizar información. El ser humano cuenta con la experiencia, las emociones, los sentimientos, la forma natural de las interacciones e incluso las reacciones que nos provocan, por tanto, lo anterior y la autoconciencia no podrán ser replicadas inmediatamente por las máquinas.

Por lo tanto, el ser reemplazado será, al fin de cuentas, una opción personal.

¿Entonces, cuál debe ser nuestro rol como abogados?

Los abogados debemos perfeccionar la forma en que pedimos que se haga justicia, desarrollando la entereza, la integridad, nutriendo nuestros conocimientos y estudiando día a día, pues la educación, es y seguirá siendo el arma más letal con el que podemos combatir la pobreza, la corrupción, las injusticias, pero sobre todo, es la educación la que nos hará competentes para sobrevivir en un mundo de constantes cambios, por lo tanto hay que empezar a cambiarse el “chip” desde ya y empezar a capacitarse en estos temas.

Como abogados podemos utilizar la IA a nuestro favor, como apoyo de recopilación y análisis de información, celeridad en las investigaciones, actualización de datos, etc. Mientras en la inteligencia artificial encontremos un aliado seremos mejores profesionales.

Un robot quizás podrá llegar a ser nombrado juez de familia, pero solo podrá encontrar los argumentos necesarios que se les haya proporcionado en un tiempo más rápido, seguro que será imparcial y honesto, terminando con la corrupción, pero jamás podrá ser empático ante las situaciones, difícilmente podrá diferenciar de una mentira y una verdad, nunca podrá identificarse como padre o madre y sentir el sufrimiento de un niño de un mismo padre, para poder resolver, en base a sus conocimientos y sana crítica un caso de manera exitosa.

La ética nunca podrá ser reemplazada, y nuestro rol como abogados es siempre ejercer bajo la buena práctica y velando todos los días por nuestra integridad y por los intereses de nuestros clientes, nuestros representados y nuestra nación.

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