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Emisión de deuda vía empresas públicas: Una opción viable para C.A.
Escrito por: César Addario Soljancic | VP regional de EXOR LATAM para Centroamérica y el Caribe
Centroamérica está iniciando la ruta de la recuperación, pese a que aún no está claro cuándo concluirá la pandemia del COVID-19. El virus ha dejado enormes costos sociales, humanos, sanitarios, pero también financieros. Los gobiernos de la región han debido recurrir a la emisión de deuda y a la contratación de préstamos con entidades multilaterales, en principio, para poder soportar las brechas fiscales, que ya eran un problema antes de que estallara la emergencia sanitaria a principios de 2020.
Así, a la necesidad de financiamiento para cubrir los déficits fiscales se sumó la necesidad de contar con recursos para poder soportar la pandemia, y es algo que ha mantenido ocupados a los gobiernos todo este tiempo. Ni siquiera el proceso de vacunación de las población, que a su vez ha implicado millonarios desembolsos para los Estados, ha logrado dar tregua al impacto del COVID-19 en las arcas públicas de la región.
Una tercera gran necesidad de recursos se deriva de la reducción en la recaudación fiscal en los diferentes países. Para Centroamérica y el Caribe, la pandemia se tradujo, solo en 2020, en una reducción de US$30,000 millones en el Producto Interno Bruto (PIB). Si promediamos una carga fiscal del 12 %, estamos hablando de que a los Estados les dejó de llegar un aproximado de US$3,600 millones.
¿Qué hacer, entonces, para poder cubrir estas brechas? Los gobiernos de la región están recurriendo a diferentes esquemas, lo cual en sí mismo es positivo porque la diversificación de las fuentes de financiamiento permite una mejor gestión del riesgo y de los propios costos financieros. En algunos casos, países como El Salvador han retomado apuestas de infraestructura, como la ampliación de la central de carga del Aeropuerto Internacional “Monseñor Óscar Arnulfo Romero”, a través de un asocio público-privado.
Este es un modelo que tiene suficiente jurisprudencia positiva como para poder implementarse, hay países que han sido pioneros en este tipo de operaciones, que permiten generar infraestructura sin tener que aumentar la deuda pública, siempre y cuando esté estructurado de una forma que permita que las garantías que ponga el Estado sean acordes a las inversiones que va a recibir el país. Estos tipo de proyectos tienen un enorme potencial y la clave del éxito son las leyes y los tiempos que los hagan viables, sobre todo que los inversores no se sientan desmotivados por la burocracia.
Pero hay otro tipo de esquemas que aún no se están aprovechando en Centroamérica.
Como EXOR, por ejemplo, hemos hecho financiación llave en mano de hospitales de alta complejidad en Sudamérica. Estos fueron proyectos previos al COVID-19 y la experiencia de este tipo de operaciones ha sido totalmente exitosa. Tenemos un equipo que trabaja específicamente en nuestras oficinas en Europa en los proyectos relacionados a la salud, bajo un modelo que permite no solo tener el hospital, sino también el stock de medicamentos y el renovación constante por cierto periodo de tiempo de esos medicamentos.
Esta es una opción que va a empezar a generar interés en la región, dada la carencia de infraestructura hospitalaria y la precariedad del sistema sanitario en la mayoría de los países, que fue desnudada por la pandemia en la mayoría de los países. No hemos todavía desarrollado este producto en la región centroamericana ni en la caribeña pero, junto a bonos verdes y azules, se perfila como una de nuestra líneas de producto de mayor demanda.
Finalmente, una opción que aún no se explota y que los países deberían considerar y comenzar a aplicar es la emisión de deuda vía empresas públicas, ya que es una manera de que estas empresas, que tienen su propio presupuesto y flujo de caja, contraten financiamiento para expandirse y para hacer los proyectos que tienen postergados sin que el Estado tenga que pagar de sus rentas públicas. Esta es una medida acertada para generar crecimiento e inversión, es el camino al que debe ir la mayoría de los países para generar los crecimientos necesarios y solventar las carencias de infraestructura.
Una deuda cuasi soberana no suma a la deuda del Estado, no absorbe esa relación de deuda/PIB, permite tomar dinero sin que esto afecte a los ratios del país. La región en un promedio general está más o menos en la mitad del PIB en deuda, y esto es una manera de descontraer esto. Ello y los asocios público-privados son el camino que te permite generar inversiones sin tener que aumentar ese ratio.