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El Salvador presenta bajo crecimiento en la cartera de préstamos según calificadora S&P
La calificadora de riesgos S&P Global Ratings publicó a finales de febrero el artículo “Obstáculos que tendrán que sortear los bancos centroamericanos en 2018” en este la entidad informa que la cartera de préstamos en El Salvador tendrá una tasa de crecimiento de un 5% para este año, lo que convierte a El Salvador en el país con la menor tasa de crecimiento comparación con el resto de Centroamérica.
“El crédito al sector privado seguirá creciendo a un ritmo modesto –la tasa de crecimiento anual compuesta de los últimos cinco años es de 5.3 %– y esperamos que la banca de consumo contribuya a una expansión continua, aunque modesta”, se lee en el artículo de S&P.
El aumento del 5% en la cartera de préstamos sería una tasa similar a la registrada en 2017. Los datos oficiales indican que el año pasado alcanzaron $13,026.3 millones, 5 % más ($585.84 millones) que en 2016, cuando sumó $12,440.46 millones.
La calificadora también prevé que el desempeño de las instituciones financieras que operan en El Salvador descienda en los próximos 12 meses, en particular los indicadores relacionados a la rentabilidad.
La rentabilidad sobre activos (ROA) estaría por debajo del 1 %, indicó S&P. La Superintendencia del Sistema Financiero (SSF) explica que este indicador se obtiene al dividir las utilidades netas de un año entre los activos totales promedio.
El titular de la SSF, Ricardo Perdomo, destacó ayer que, hasta febrero, la cartera de préstamos creció 4.2 % anual, mientras los depósitos aumentaron en 9.3 %. El funcionario indicó que hasta el 28 de febrero de este año, los préstamos otorgados ascendieron a $13,123 millones, 4.2 % más que en el mismo periodo del año pasado. Estos recursos financiaron consumo, compra de vivienda y operaciones de empresas.
“Estamos teniendo niveles de reserva de liquidez muy importantes, niveles de índice de vencimiento, donde tenemos un riesgo muy moderado y bajo en materia de carteras de crédito, en el orden de 1.8 %”, aseguró el funcionario.
Asimismo, el titular de la SSF sostuvo que al tener “un sistema financiero rentable, líquido y solvente, con tasas de crecimiento en materia de préstamos, depósitos y en materia de operaciones”, las instituciones deben responder “en beneficio de la gente, para resolver los problemas de pobreza y sobre endeudamiento”.
“El crédito al sector privado seguirá creciendo a un ritmo modesto –la tasa de crecimiento anual compuesta de los últimos cinco años es de 5.3 %– y esperamos que la banca de consumo contribuya a una expansión continua, aunque modesta”, se lee en el artículo de S&P.
El aumento del 5% en la cartera de préstamos sería una tasa similar a la registrada en 2017. Los datos oficiales indican que el año pasado alcanzaron $13,026.3 millones, 5 % más ($585.84 millones) que en 2016, cuando sumó $12,440.46 millones.
La calificadora también prevé que el desempeño de las instituciones financieras que operan en El Salvador descienda en los próximos 12 meses, en particular los indicadores relacionados a la rentabilidad.
La rentabilidad sobre activos (ROA) estaría por debajo del 1 %, indicó S&P. La Superintendencia del Sistema Financiero (SSF) explica que este indicador se obtiene al dividir las utilidades netas de un año entre los activos totales promedio.
El titular de la SSF, Ricardo Perdomo, destacó ayer que, hasta febrero, la cartera de préstamos creció 4.2 % anual, mientras los depósitos aumentaron en 9.3 %. El funcionario indicó que hasta el 28 de febrero de este año, los préstamos otorgados ascendieron a $13,123 millones, 4.2 % más que en el mismo periodo del año pasado. Estos recursos financiaron consumo, compra de vivienda y operaciones de empresas.
“Estamos teniendo niveles de reserva de liquidez muy importantes, niveles de índice de vencimiento, donde tenemos un riesgo muy moderado y bajo en materia de carteras de crédito, en el orden de 1.8 %”, aseguró el funcionario.
Asimismo, el titular de la SSF sostuvo que al tener “un sistema financiero rentable, líquido y solvente, con tasas de crecimiento en materia de préstamos, depósitos y en materia de operaciones”, las instituciones deben responder “en beneficio de la gente, para resolver los problemas de pobreza y sobre endeudamiento”.