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El fenómeno de las imágenes estilo Studio Ghibli: ¿arte o plagio digital?

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En los últimos días, las redes sociales han sido invadidas por una nueva tendencia que ha causado tanto asombro como controversia: imágenes generadas por inteligencia artificial (IA) al estilo de las emblemáticas películas del Studio Ghibli. Este fenómeno ha reavivado el debate sobre los límites del uso de la IA en la creación artística, especialmente cuando se trata de la propiedad intelectual y la autenticidad de las obras generadas por máquinas.

Las imágenes creadas mediante herramientas como la nueva función de imagen de ChatGPT, lanzada por OpenAI, han circulado masivamente entre los usuarios. 

Millones de personas han utilizado esta herramienta para recrear escenas familiares o históricas con el característico estilo visual de los filmes de Studio Ghibli, famoso por sus paisajes pintorescos, personajes entrañables y narrativa mágica. Sin embargo, mientras muchos celebran el acceso a esta innovadora tecnología, otros la consideran un acto de plagio, argumentando que la IA simplemente imita la estética de las icónicas películas sin ofrecer un verdadero proceso creativo.

La reacción de Hayao Miyazaki y la crítica al uso de la IA

El auge de estas imágenes generadas por IA ha reavivado las declaraciones del propio Hayao Miyazaki, el legendario creador de Studio Ghibli, quien ha expresado su rotunda desaprobación sobre la utilización de la tecnología digital en el proceso creativo. 

En una entrevista publicada por la prensa japonesa, Miyazaki afirmó: «No puedo ver estas cosas y encontrarlas interesantes. Quienquiera que las haya creado no tiene ni idea de lo que es el dolor. Me repugna profundamente». El director subrayó que jamás consideraría incorporar la inteligencia artificial en su trabajo.

Para Miyazaki, el arte y la animación no son simplemente el resultado de la ejecución de una técnica, sino el reflejo del esfuerzo humano, el proceso emocional y el dolor que conlleva el arte. Este punto de vista choca de frente con el uso de la IA, que puede generar imágenes de alta calidad sin la necesidad de la intervención humana directa, lo que para muchos se convierte en una «falsa» representación del verdadero trabajo creativo.

El proceso artístico detrás de Studio Ghibli

El éxito y la singularidad de las obras de Studio Ghibli se deben en gran parte al meticuloso y artesanal proceso creativo que, durante décadas, Ha tenido lugar en el estudio. 

Miyazaki ha sido claro sobre su enfoque: las historias nacen de forma orgánica, a menudo sin un guion preestablecido. Según lo reveló en una entrevista de 2002, «La producción empieza muy poco después, mientras los storyboards siguen desarrollándose. Nunca sabemos hacia dónde irá la historia, pero seguimos trabajando en la película a medida que se desarrolla».

Este proceso, a veces considerado riesgoso y agotador, se basa en una profunda inmersión personal y una constante revisión de los detalles. El propio Miyazaki ha confesado que se siente insatisfecho con su trabajo en diversas ocasiones, lo que lo lleva a modificar constantemente los dibujos hasta encontrar el resultado que considera adecuado. El animador Akihiko Yamashita, quien trabajó en el estudio, lo describió como alguien que «se dibuja a sí mismo», lo que refleja cómo el estilo de Ghibli es inseparable de la visión y el compromiso del propio Miyazaki.

Este tipo de dedicación y atención al detalle es lo que diferencia la animación tradicional de los resultados que la inteligencia artificial produce en cuestión de segundos, con apenas una orden del usuario. Sin embargo, la IA no tiene las vivencias humanas que forman la base emocional de las narrativas de Ghibli, lo que según muchos críticos, la despoja de la autenticidad que hace que las películas de Studio Ghibli sean tan queridas por su público.

La revolución del negocio digital: ¿hacia dónde vamos?

La popularidad de la herramienta Imagen de OpenAI refleja una tendencia creciente: la democratización de la creación visual mediante la IA. 

En sólo una semana después de su lanzamiento, la herramienta se convirtió en un fenómeno viral. 

La rapidez con la que los usuarios crearon imágenes de todo tipo, desde escenas de fantasía hasta recreaciones de fotos familiares al estilo Ghibli, evidencia el alto nivel de interés y la demanda por parte de los consumidores. 

Sam Altman, cofundador de OpenAI, destacó que la demanda de la herramienta ha superado todas las expectativas, alcanzando un millón de usuarios en una sola hora.

El negocio detrás de estas tecnologías es indiscutible. A medida que la IA mejora, se vuelve más accesible y popular entre los usuarios, lo que a su vez aumenta la demanda de plataformas como ChatGPT e Imagen. Sin embargo, este auge plantea una pregunta crucial: ¿estamos sacrificando el arte por la eficiencia de la máquina? La creación de imágenes digitales mediante IA está transformando la industria de los medios y el entretenimiento, pero también está dando pie a un dilema ético sobre la autoría, la propiedad intelectual y la preservación de la integridad artística.

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