Economía
CAF presenta propuestas para impulsar la movilidad social en América Latina
Si bien en la región muchas personas hoy superan a sus padres en niveles educativos, los progresos no se dan de igual manera en materia laboral o de ingresos. Sin movilidad social, tanto la equidad, como el crecimiento y la estabilidad político-institucional de los países pueden verse comprometidos.
Estos son algunos de los temas abordados en el nuevo Reporte de Economía y Desarrollo de CAF –banco de desarrollo de América Latina.
Según el informe, la desigualdad en América Latina y el Caribe es muy alta y se mantiene constantemente por encima de lo observado en otras regiones. Hoy, en la región, mientras que el 10% más rico se queda con el 55% de los ingresos y el 77% de la riqueza, el 50% más pobre recoge el 10% de los ingresos y tan solo el 1% de la riqueza.
Otras formas de medir la desigualdad económica atestiguan el mismo patrón, que es analizado en detalle en el nuevo Reporte de Economía y Desarrollo (RED2022) de CAF -banco de desarrollo de América Latina, titulado Desigualdades heredadas: el rol de las habilidades, el empleo y la riqueza en las oportunidades de las nuevas generaciones.
Esta persistente y alta desigualdad se asienta sobre raíces profundas que implican una transmisión de generación en generación. La falta de oportunidades para formar capital humano, obtener buenos empleos en los mercados laborales y acumular activos son factores claves detrás de la conexión intergeneracional de las desigualdades.
El reporte presenta evidencia que indica que en América Latina y el Caribe las oportunidades en estos tres ámbitos se distribuyen de manera muy dispareja entre personas provenientes de familias de diferentes niveles socioeconómicos.
“La escasa movilidad social es un problema importante para América Latina y el Caribe. Y lo es no solo por sus consecuencias sobre la equidad, sino también por su impacto en otros componentes centrales del desarrollo económico, como el crecimiento y la estabilidad político-institucional. La falta de movilidad social tiende a alterar los incentivos al esfuerzo y a distorsionar la asignación del talento humano, afectando por esas vías a los niveles de productividad y al crecimiento. Además, la alta persistencia intergeneracional derivada de la desigualdad de oportunidades puede corroer la confianza entre los ciudadanos y en las instituciones”, explicó Dolores de la Mata, coautora del reporte y economista principal de la Dirección de Investigaciones Socioeconómicas de CAF.
De acuerdo al RED2022, quienes sí lograron superar a sus padres en niveles educativos no necesariamente alcanzaron progresos similares en sus oportunidades laborales. Esto puede sugerir tanto que los progresos educativos no han sido suficientes, como que la estructura económica de la región no está logrando absorber o premiar esos mayores niveles educativos. Además, estos resultados son consistentes con una baja movilidad intergeneracional en los ingresos, que posiciona a América Latina y el Caribe como la región con mayor persistencia en esta dimensión en todo el mundo.
“La región requiere mejoras tanto en la cobertura como en la calidad y la pertinencia de la educación básica, técnico-profesional y superior. Pero, entre aquellas políticas que pueden proveer un mayor impulso a la movilidad intergeneracional, también se encuentran las que apuntan a aliviar las principales restricciones que limitan las inversiones dentro del hogar en niños y adolescentes y que comprenden no solo las financieras, sino también las informativas y las de aseguramiento”, agregó Dolores de la Mata.