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Bases del derecho penal nacionalsocialista. Una revisión para su prevención

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Mit Menschlichkeit und Demokratie wurden die Völker nie befreit.(Con humanidad y democracia, los pueblos jamás serán liberados)

Adolf Hitler

La producción científica del derecho se ha enfocado, en ocasiones, en el estudio del derecho penal en la Alemania Nacionalsocialista – entiéndase Alemania nazi-. Más allá de los horrores del Drittes Reich (Tercer Reich o Tercer Imperio), es necesario conocer las distorsiones de conceptos jurídicos desarrollados en este Estado en los años treinta, con ánimos de revisar, y sobre todo prevenir, cualquier escalada autoritaria o totalitaria en cualquier parte del mundo, sobre todo cuando el derecho penal se pervierte.

Es por ello, que se desarrollarán las bases claves que fundamentaron el derecho penal nacionalsocialista;  el mismo que permitió la desaparición de derechos fundamentales, desarrollados y reconocidos en la Constitución de la República de Weimar. Este artículo no pretende ser un ensayo sobre el derecho penal socialista, sino como pequeña introducción a estos conceptos.

Para la elaboración de este artículo, ha servido como guía el libro Derecho Penal Nacionalsocialista. Continuidad y Radicalización (Nationalsozialistisches Strafrecht, Kontinuität und Radikalisierung) del Dr. Kai Ambos. Libro que recomiendo, ya que se encuentra disponible en idioma castellano, y es de fácil lectura. 

  1. VOLK UND RASSE (Pueblo y raza).

Este concepto, si bien ampliamente conocido para identificar al nacionalsocialismo, sirvió como base fundamental para otra figura aún más compleja e importante para el fundamento del derecho penal nacionalsocialista, tal como lo fue el Volksgemeinschaft, el cual será explicado posteriormente.

El Pueblo y Raza del nacionalsocialismo consistió en una exaltación racista de la comunidad del pueblo alemán a través del recurso, romantizante y biologicista, a la idea de los arios germánicos (Ambos, P.49). Se trataba entonces de un enaltecimiento a la identidad popular de superioridad contra otros pueblos, vistos inferiores o incapaces de la grandeza del pueblo ario alemán.

Este engrandecimiento no fue nuevo, ya que el sentimiento racista y sobre todo antisemita existía en Alemania y Europa desde el siglo XIX. De igual manera, el imperialismo alemán, derrumbado tras la primera guerra mundial, generó graves grietas en la identidad alemana. Es por esta razón que el romance del Volk un Rasse toma auge.

A diferencia del racismo en Estados Unidos, el racismo nacionalsocialista se trató de un racismo involutivo, en el sentido que primero, la sociedad alemana tendría que depurar todos los elementos espurios que no podían formar parte de la raza aria alemana. (Ambos, p. 51).

  1. VOLKSGEMEINSCHAFT (Comunidad del Pueblo).

Clarificada la noción del racismo involutivo nacionalsocialista a través del Volk und Rasse, viene el concepto de Volksgemeinschaft, o en castellano, “Comunidad del Pueblo”. 

La comunidad del pueblo no es entendida de la manera general, como el vínculo entre diversos individuos con rasgos en común, sino que los nacionalsocialistas entendieron la comunidad del pueblo en un sentido inflacionario, ya que el concepto comunidad del pueblo fue visto con las connotaciones propagandísticas y biologicistas, llegando a contrastar con el pensamiento “romano-jurídico”, en tanto liberal, racional, positivista, abstracto-conceptual, individualista (Ambos, p. 54). 

Este contraste se debe a la protección excesiva de la pureza de la raza aria y dignidad del pueblo alemán a través del Volksgemeinschaft, llegando al punto donde el Estado y el individuo están al servicio de esta idea, perdiendo la finalidad de sí mismos. 

Roland Freisler, notorio juzgador nacionalsocialista, determinó que el derecho penal nacionalsocialista sería “un reflejo de la actitud espiritual del pueblo” (ein Spiegelbild der seelischen Haltung des Volkes) por lo que estaría protegiendo al pueblo mismo, su sangre, su comunidad y destino. Demostrando que el Volksgemeinschaft sí incide de manera determinante en el derecho penal de la época en comento.

 Incluso, se reconoce que el Volksgemeinschaft actúa como fuente de derecho, a través del principio “Gesunde Volksempfinden”, o “sano sentir del pueblo”. Esto último sirvió como brújula en el Derecho Penal Nacionalsocialista para interpretar o reinterpretar las leyes, y ejercer la intención depuradora del Pueblo y Raza. 

Para materializar la Comunidad del Pueblo, era necesaria la coerción penal, ya que si hubiese existido un pueblo alemán “ario” y homogeneizado, no hubiere sido necesaria tal coerción. Ante la existencia de la Comunidad del Pueblo, se suprimieron los derechos de todas aquellas personas que no pertenecieran a esta comunidad.

Por tanto, El concepto de pueblo era “tan constitutivo para el Estado como aniquilante para el individuo”. (Ambos, p. 66). 

  1. FÜHRERSTAAT/FÜHRERPRINZIP (Estado del Führer/Principio del Führer).

El Führerstaat o Estado del Führer nace como una reacción al Estado de Derecho Liberal y para justificar la idea de un Estado Nacionalsocialista. Carl Schmitt determinó que el Estado Nacionalsocialista debía de asegurar la previsibilidad y la seguridad jurídica, sin que este se someta a los cálculos o expectativas de la oposición. 

El concepto de Führerstaat sirvió para disipar las “ambigüedades” de lo que podría ser el sano sentir del pueblo con la legitimación del Estado de Derecho Nacionalsocialista, por lo que se procedió a unificar el sano sentir del pueblo a través del Führer (guía en alemán), haciendo que  la voluntad del Führer se convirtiera en la voluntad popular. (Ambos, p. 77). 

El Führer por tanto, tenía la responsabilidad de conducir “el huracán de pasiones ardientes, que puede cambiar el destino de los pueblos” (Hitler, Mi Lucha. P.34), reduciendo la democracia a la elección de una persona que no responde al voto de las mayorías, sino al de una sola persona que representa al Pueblo (Hitler, p. 29). Para el mismo Hitler, la democracia reducía el Führerprinzip como un “mero ejecutor de opiniones” (P. 94). 

Al ser la voluntad popular la misma que el Führer, este se volvía también, en fuente de derecho. 

  1. ROL DE LOS JUECES EN EL ESTADO NACIONALSOCIALISTA

En la Alemania Nacionalsocialista, el juez estaría sujeto concretamente a la “ley que representa la voluntad del Führer” (“Führerwillen repräsentierende Gesetz“).Si las leyes estaban más cargadas de “espíritu del pueblo o espíritu del Führer”, tenían estas que ser más aplicadas por los jueces, ejemplo de ello, son las Leyes Raciales de Nürnberg, en las cuales se desarrolló el delito de traición a la raza (Rassenverat). 

Los jueces, por tanto, debían servir a la Comunidad del Pueblo y a la Voluntad del Führer. Los jueces ya no eran figuras limitadoras autónomas del poder, sino que debían de realizarlo. (Ambos, p. 68).

La facultad de interpretación del Derecho de los jueces no tenía límites, siempre y cuando estuviera acorde a la concepción del mundo nacionalsocialista, incluso se instauró el concepto de “re-interpretación (subjetiva)” [“(subjektive) Einlegung”] con el fin de caracterizar las amplias facultades interpretativas del juez en miras a implementar la concepción del mundo nazi. (Ambos, p. 70). 

CONCLUSIONES.

Si bien, la lectura de estas bases del Derecho Penal Nacionalsocialista suena distante al mundo actual o realidad latinoamericana, no resulta del todo cierto, ya que las ideas principales de un Estado autoritario o totalitario pueden configurarse sin ningún problema en cualquier lugar, siendo el derecho penal la herramienta para lograr esos fines. 

El concepto de Raza y Pueblo de los nazis, si bien tenían sus connotaciones históricas propias, no hace falta que el Estado autoritario invoque alguna idea para institucionalizar el desprecio a lo diferente, y relativizar el principio de igualdad. Esto incide en el Derecho Penal, porque la igualdad de armas en un proceso penal o la expectativa de imparcialidad judicial se verían dramáticamente reducidas; esto sin mencionar la legitimación de un Estado Policial ampliamente criticado a través de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. (Véase abusos policiales, como en sentencia Fernández Prieto y Tumberio vs Argentina). 

El principio de legalidad puede verse peligrosamente sustituido por conceptos ambiguos o faltos de absoluta claridad. Ejemplo de ello es la Comunidad del Pueblo, y su “sano sentir del pueblo” nacionalsocialista. Este último aplasta la lex certa, vertiente que desarrolla la prohibición de aplicación de la ley en circunstancias legales indeterminadas.

Una vez perdido el principio de legalidad, en todas sus modalidades (lex praevia, lex scripta, lex certa, lex stricta), se pierde una gran parte del Estado de Derecho Liberal y Social como lo conocemos.

El Sano sentir del Pueblo es la misma figura que cualquier Estado autoritario puede invocar para legitimar actuaciones que riñen con la democracia liberal, y reducir toda forma de disenso.

En cuanto al Führerstaat u Führerprinzip, se trata de la homologación de la arbitrariedad unipersonal, sea de un partido o de una figura autoritaria de gobierno, que sustituye el Estado de Derecho o la separación de poderes. Si este se convierte en fuente de derecho, y es el máximo intérprete del sano sentir del pueblo, el derecho penal se convierte en herramienta de opresión, y no de persecución del delito. 

Cuando los jueces cumplen su rol conforme al Estado Nacionalsocialista, estos son aplicadores del poder ideológico establecido, y no actúan como verdaderos operadores de justicia. Se vuelven centinelas de la estructura autoritaria, no son garantes de derechos fundamentales, sea de la víctima o del imputado; sino, de la interpretación del sano sentir del pueblo, obviamente, de lo que se entiende por este, según la persona o partido totalitario en poder.

Finalmente, todo lo desarrollado puede incidir en el derecho penal, llegando a distorsionar, corromper y profanar las ciencias penales. 

Ejemplo de ello, es lo que Roland Freisler desarrolló como – concepto material de derecho y de ilícito, libre de condicionamientos formales, “arraigado” en el “ordenamiento moral del pueblo – significando que no existía diferencia entre derecho y moral en la aplicación del derecho penal.

 Incluso, Freisler reconoció la aplicación de la analogía en el Derecho Penal, ya que esta, según Freisler, “permitía identificar las conductas nocivas contra el pueblo” y “se aplicaba correctamente el espíritu del derecho penal nacionalsocialista” (Ambos, p. 79). En otras palabras, la arbitrariedad y la íntima convicción, superadas por el razonamiento probatorio, no solo eran aplicadas, sino esperadas de los jueces en el Estado totalitario.

Los riesgos son claros cuando existen estas tendencias, ya que lo primero que muta es el Derecho Penal, por ende, es necesario revisar la historia jurídico-penal, para prevenir cualquier escenario de perturbación de esta ciencia jurídica. 

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